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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El regreso

A estas alturas no ha de resultar extraño que el regreso de la expedición gallega a la República Argentina apenas haya suscitado no ya balances optimistas, sino siquiera un interés menos que relativo. Los contactos con un gobierno demoscópicamente cuestionado y la ausencia de acuerdos concretos -entre ellos el de que las prospecciones petrolíferas no afectarán a la flota gallega- tienen un aire de provisionalidad, del mismo modo que son etéreas las referencias al Xacobeo o al bienestar de la colonia gallega: el país tiene peor aspecto que España en 2008-2010 y ninguno de sus hornos está para bollos.

Cuanto precede, que corresponde a una opinión personal, va en todo caso y sea cual fuere el punto de vista de Xunta y oposición, a convertirse en objeto de debate en el Pleno parlamentario sobre el estado de la Autonomía. Es verdad que hay otras cuestiones de mayor enjundia y alcance, pero como la gira acaba de terminar, parece probable que sirva de espoleta. Aunque no sería necesaria: el hecho mismo del adelanto del debate proporcionará razones para cruces de acusación entre unos y otros, tradicionalmente dispuestos a eso que dicen "darle caña al mono".

(Quedó dicho en su momento que el viaje estaba destinado, salvo sorpresa mayúscula, a un mero intercambio de intenciones -buenas, dada la relativa proximidad política entre los presidentes Macri y Feijóo-, porque ninguno de los dos tenía mucho que ofrecer al otro. El argentino, por estar en el alero político y el gallego, porque su estabilidad gubernamental, en un contexto español adverso, apenas proporciona materia tangible. De ahí que se haya dicho que el viaje, aparte de inadecuado por el contexto platense, tampoco era idóneo para preparar el debate que comienza esta mañana en Santiago).

A partir de ahí, y dada además la proximidad del 10-N y el hecho de que en un año será la cita de las autonómicas gallegas, es más que previsible que el Parlamento no resulte tampoco esta vez un recinto útil para el análisis profundo de los problemas que preocupan, o inquietan, a la gente del común. El entorno electoral llevará -probablemente- a sus señorías a quedarse en la anécdota sonora y en la superficie de las soluciones, como señalan los precedentes. Aunque eso sí, servirá al menos para que la sociedad vea con quién se va a jugar los cuartos dentro de poco.

Conste que no se trata de ser fatalista, ni tampoco de ejercer la profecía para adelantar lo que ocurrirá en estas próximas horas en el hemiciclo. Resultaría deseable que los protagonistas pensasen más en el todo que en la parte que cada uno de ellos representa, pero hay que aceptar que eso sería una novedad, agradable pero casi imposible. De ahí que entre los que sigan de un modo u otro las sesiones, una parte mayoritaria se daría por satisfecha con que los protagonistas dedicasen su talento y su talante para buscar el modo de lograr para Galicia lo que Galicia se merece.

¿No...?

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