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tRIBUNA LIBRE

Adiós de las Hijas de la Caridad

Se cierra una etapa en la Comunidad del Colegio Casa de la Virgen de Cangas. Las Hijas de la Caridad presentes, como otras muchas anteriores a nosotras, hemos cumplido nuestra misión en este querido Colegio. La edad, las fuerzas físicas y la imposibilidad de relevos, son condicionantes que nos apremian a leer la Voluntad de Dios y retomar los compromisos que voluntariamente hemos abrazado desde temprana edad, cuando hemos decidido ser Hijas de la Caridad.

Ante los que nos acompañáis, quiero expresar, en nombre de todas las Hijas de la Caridad que han pasado por esta Casa, pero muy especialmente de las que formamos la Comunidad actual, nuestro agradecimiento y lo hago en el marco de la Eucaristía porque fue y es el motor de nuestra vida, donde el mismo Jesucristo nos da la Fuerza.

Agradecemos al pueblo de Cangas, Moaña, y alrededores su buena acogida y cariño durante tantos años y por haber confiado y puesto en nuestras manos a sus más grandes tesoros, sus hijos. A los Superiores que nos han proporcionado la oportunidad de poder desarrollar nuestra vocación de Hijas de la Caridad en esta bonita y acogedora Casa.

También nuestro agradecimiento para la Fundación Casa de la Virgen, hoy representada por D. Isidoro y Dª Milagros puesto que sin su mediación y propuesta, no hubiéramos podido estar aquí. En todo momento fueron, además de protectores en todos los aspectos, animadores, confidentes, respetuosos desde la cercanía. Tenemos y tendremos presente siempre todo su hacer.

Queremos, así mismo, agradecer la labor profesional, cercana y humana del profesorado y del personal de administración y servicio. Con todos ellos y ellas hemos configurado una familia.

¡Cómo no! agradecemos también la disponibilidad de D. Manuel, D. Benito, D. Severo y de todos los sacerdotes que hicieron presente la dimensión trascendente, recordando a todos que Dios está siempre presente en nuestras vidas y nos guía por caminos seguros aunque nos parezca lo contrario.

No olvidamos a los miembros del Consejo Escolar y Ampa por su estrecha colaboración con el Centro. Han puesto esfuerzo e ilusión ¡Qué más podemos pedir! A las Asociaciones nacidas en la Casa: Medalla Milagrosa, Conferencias de San Vicente de Paúl, les decimos: ¡Adelante! El mensaje sigue vivo.

A los Organismos oficiales que promueven el pueblo de Cangas, también ¡Gracias! por tenernos en cuenta.

Por supuesto tenemos un recuerdo muy especial para nuestros queridos niños, los que ya se fueron y formaron una familia, los que abren horizontes en la sociedad, los que como personas adultas son portadores de los valores fundamentales y ? como, ¡no!, queridos alumnos actuales, no os olvidamos, sois el futuro ¡Cómo os vamos a olvidar! Espero, estoy segura, de que vais a ser semilla de la buena, mensajeros que testimonian los valores y virtudes del Colegio Casa de la Virgen. Vuestra alegría y formación son raíces del gran árbol que acogerá a otros muchos niños de futuras generaciones. Nosotras, las Hermanas, desde la satisfacción de la misión cumplida, tenemos sentimientos encontrados, la parte humana eleva su voz en nuestro interior, pero supera con creces la alegría de cumplir la Voluntad de Dios.

Él, Dios, un día de primavera, estaba en el jardín de la Tierra y quiso sembrar, echó la simiente y a nosotras nos colocó en Cangas. Nos dijo: ¡Floreced! Fuimos felices? Ahora, es otoño, los pétalos se han caído, es preciso dejar paso al fruto, es lo más importante, es lo que no se ve pero sin el fruto no nacerán otras flores, distintas, pero necesarias para este hermoso jardín.

Es preciso florecer donde Dios nos siembra, llevamos la alegría del deber cumplido.

Desde el cariño: GRACIAS A TODOS.

(*) Superiora Colegio Casa de la Virgen

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