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Ilustres

Notas tristes sobre la desamortización en Ourense

Tema siempre triste pero interesante para conocer mejor nuestro patrimonio, es el que se relaciona con el irracional proceso desamortizador que expulsó y se apropió de las propiedades monásticas en virtud de las leyes llamadas de Mendizábal y que supuso un gravísimo deterioro y muchas pérdidas en un patrimonio generalmente de primer orden, dada la capacidad económica de los monasterios, especialmente en Ourense donde era tan intensa la trama monástica, pero geográficamente en zonas de pequeña población incapaces de asumir el uso y conservación de aquellos preciosos monumentos, la recogida de obras de arte y de libros se hizo con poca responsabilidad y con pocos y deficientes medios para luego poder conservarlos, el incendio años después de la biblioteca del Instituto se llevó muchos de aquellos preciosos libros, algunos incunables, que habían hecho de los monasterios centros de cultura de primer orden. Aporto las informaciones puntuales que ofrecen unos documentos que se localizan en el Archivo de la Catedral.

El primero es el destino de las campanas del monasterio de Montederramo a la iglesia de Santo Domingo, donde se había establecido la desdoblada parroquia de Santa Eufemia. Es una carta del Gobernador de la provincia al Gobernador eclesiástico que era Don Juan Manuel Bedoya: "en contestación a la comunicación de V.S. del 27 del corriente en que insertando la real orden de 27 de abril último sobre entrega de campanas útiles para el servicio de las parroquias iglesias abiertas al culto, reclama vuestra señoría las dos existentes en el edificio del convento de Montederramo para la parroquia de Santa Eufemia del Norte de esta ciudad. Estimo decir a V.S. que con el propio objeto y a petición del ilustre ayuntamiento de esta capital se dieron las órdenes convenientes al administrador General de bienes nacionales en 11 de enero último para que poniéndose de acuerdo con la corporación se dispusiese la traslación y entrega de las repetidas campanas al párroco don Fernando Felipe Fernández. Orense 30 de mayo de 1845 Alejandro Castro".

Las urnas de San Rosendo

Muy curioso es el peligro que tuvieron de desaparecer las dos espléndidas urnas de Juan de Nápoles, 1604, que conservan las reliquias de San Rosendo y San Torcuato en la Iglesia de Celanova y otros relicarios. Desde el gobierno las reclaman dentro de la obsesiva requisa de la plata con la que pensaban sanear el erario público. En 1821 un comisionado sin muchos escrúpulos artísticos ni religiosos que "limpió" de bastante plata el monasterio cuando pretendía llevarlas y las salvó un pánico que le aterrorizó al escalar hacia donde se encuentran que se tuvo como milagro del santo y que desde luego impidió un espolio irracional. En 1843 son de nuevo reclamadas y menos mal que no hubo voluntad de facilitar la entrega e inteligentemente atendieron las razones que se dan de ser obras de arte que fundidas poco valdrían y que causaría el hecho desagrado en la población devota de ambos santos. Alcaldía y parroquia razonablemente se opusieron. De 1842 es la reclamación de las urnas cruzándose estas cartas: La reclamación del Regente del Reino al Ministerio de Hacienda, de este al Gobernador eclesiástico, que pedirá informes sobre ello al último abad Fray Bonifacio Ruiz entonces canónigo en Ourense que señala se conservan en la ya iglesia parroquial y a Celanova siendo la contestación del párroco Don Benito Vázquez Pardiñas de 31 de mayo de 1842 muy interesante e ilustrativa: "En vista de la atento oficio que recibí de vuestra señoría con fecha de 24 del que rige referente a otro del señor Intendente el cual de orden del señor Ministro de Hacienda pregunta si existen todavía las urnas en que se han depositado los mortales despojos de los gloriosos San Torcuato y San Rosendo y otros vasos de plata en que se veneraban varias reliquias en la Iglesia parroquial de suprimido monasterio, he procurado informarme con la minuciosidad que en mi concepto requiere un asunto de tanta importancia en todo sentido y resulta que en el año de 1821 en que se verificó la primera exclaustración, el Comisionado del crédito público don Fernando Rey que limpió bien la Iglesia de la plata sin perdonar el sagrario en donde se reservaba el santísimo intentó apoderarse de las referida las urnas y al subir tres pasos en dirección a ellas se apoderó de él un terror pánico que le paralizó las piernas y lo obligó a retroceder y desistir del intento y eso fue la casual de no haberse recogido entonces las citadas urnas y acaso por haber cundido esta vez tampoco se habrá intentado esta vez hacer lo mismo y tal vez también porque importa más el valor artístico de las citadas alhajas que el intrínseco de su plata porque son de madera cubiertas de cascarilla muy trabajada que para separarla de la madera sería preciso consumir la sexta parte de su valor el cual a juicio del artífice más imparcial debe ser de pocas onzas de plata por cuyo interés ni aunque fuera quíntuplo consideró no deber profanar las sagradas reliquias que allí descansan cuya medida sería un hecho muy sensible y desagradable a todo el país por la devoción que se tiene a tan sagrados objetos. Los llamados vasos que contienen las reliquias de otros santos que también se veneran en esta Iglesia subirán a pocas onzas aunque se reduzcan a pasta porque son obras de filigrana y es mayor el valor artístico que e de la plata. Por estas consideraciones sin duda y más bien tal vez por no axasperar al pueblo que le miraría con el mayor desagrado no se ha tocado a ellas a excepción de algunas que se han robado durante la confusión y trastornos que trajo consigo la guerra civil de que afortunadamente nos vemos libres" . Otro oficio de 17 de mayo de 1843 de nuevo Benito Vázquez Pardiñas aclara que ya la iglesia conventual se había destinado a templo parroquial, sancionando el destino la Reina Gobernadora y cumplido para ello todos los requisitos legales. Un destino que sin duda lo salvaba de la ruina.

Estado en 1845

Una nota de la "Contaduría y Administración de bienes nacionales de la Provincia de Orense" de 3 de mayo de 1845 resume el estado en que solamente nueve años después de la nefasta desamortización se encontraban los monumentales edificios claustrales. Me limito a la transcripción: "Nota que demuestra los edificios de monasterios y conventos existentes en esta provincia, los vendidos hasta la fecha y los destinados a servicio de utilidad común así como los que se haya arruinados o desperfectados".

Benitos de Celanova . La mejor parte de este edificio ha sido cedido al ayuntamiento para objetos de utilidad pública, por orden de la Junta de enajenación de 19 de octubre de 1842 y son a saber: para establecimientos de escuela, cátedra de latinidad, casa consistorial, cárcel, casa de reclusión y cuartel para las milicia nacional, el resto a excepción de local para el cuartel de los destacamentos está arrendado por la oficina de bienes nacionales, se hallaba en un estado muy deteriorado, efecto del abandono con que se miró siempre aquel edificio por los jefes que mandaron las armas en la guerra civil. Por acta de 5 de febrero de 1843 se hizo cargo el ayuntamiento de las localidades que le fueron cedidas de las cuales ha quedado sin uso la parte señalada para cuartel de la milicia y también la de cárcel para mujeres.

Benitos de San Esteban de Ribas de Sil : ocupa el cura algunas habitaciones para su servicio y el resto se halla sin habitar y sin destino de ninguna clase y según los antecedentes o noticias adquiridas está en completo abandono y muy deteriorado.

Bernardos de Oseira ; una pequeña parte de este grande edificio se halla destinada para escuela de primeras letras y habitación del maestro por orden de la junta superior el 13 de febrero de 1843, se comunicaron las órdenes y no hay acta de entrega o posesión y se ignora si está ocupado para el objeto concedido, el resto no tiene servicio de ninguna clase y se halla completamente abandonado.

Bernardos de Melón : a excepción de las habitaciones que ocupa el cura el resto se halla sin servicio y esta medianamente conservado el Ayuntamiento pidió localidades para objetos de utilidad pública y la Junta de enajenación negó la solicitud en 9 de julio de 1844.

Bernardos de San Clodio una pequeña parte del edificio está destinada para escuela de primeras letras por orden de la junta superior de 13 de octubre de 1843 y además se concedió gratis por la misma lama los materiales del claustro biejo arruinado para obras de utilidad común.

Bernardos de Xunqueira de Espadañedo : excepto algunas habitaciones que ocupó el cura el resto del edificio está sin servicio y bastante deteriorado.

Bernardos de Montederramo se haya habitado por el cura y además se han arrendado por el establecimiento algunas localidades el resto sin uso alguno y muy deteriorado.

Dominicos de Orense ocupado por la diputación Provincial y en objetos de utilidad pública. Se halla medianamente conservado.

Dominicos de Rivadavia sin servicio en un estado ruinoso. Por orden de la junta de enajenación de 16 de diciembre de 1842 se concedió al ayuntamiento las localidades necesarias para establecer la cárcel, las escuelas de niños de ambos sexos. No tuvo efecto por abandono del Ayuntamiento.

San Francisco el viejo de Monterrey . Aarruinado.

San Francisco que fue de los jesuitas de Monterrey . Por orden de la junta superior de 17 de febrero de 1843 se concedió el todo del edificio al ayuntamiento de Monterrey para objetos de utilidad pública. Hizo renuncia de la gracia en 28 de abril de 1843 y se admitió por la Xunta el 12 de agosto siguiente, mandándole vender. En el día se halla sin servicio.

Trinitarios de Correjanes . Sin servicio alguno y muy deteriorado. Orense 3 de mayo de 1845. Roque Viejó, Joaquín María Espián".

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