Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El legado musical vigués viene de lejos

Son varios los museos irlandeses que se declaran poseedores de un famoso órgano musical procedente de Vigo, usurpado por el almirante-pirata Francis Drake. Ocurrió en 1589 durante uno de los episodios más crueles de la historia de esta villa viguesa, después de que su escuadra entrara amenazante en aguas de las islas Cíes, compuesta por 213 naves y 6.000 marinos, a la espera del levantamiento portugués a favor del Prior do Crato contra Felipe II. Tras la quema y saqueo de Vigo, las tropas inglesas entre otras riquezas se llevaron el órgano de la antigua iglesia gótica de santa María, junto con sus campanas. Aquel órgano había sido construido por el organero vigués Pedro Martínez de Montenegro (1552), en su taller del Barrio do Pracer, quien durante años fabricó órganos para grandes y pequeñas iglesias. Este instrumento musical, ejemplar medieval de los últimos órganos musicales de pequeñas dimensiones, se manejaba con un sistema mecánico mediante un teclado cromático y registros, que hacía pasar el viento a través de fuelles.

Pues bien, tuve la oportunidad de contemplar la consola de aquel órgano en el Museo del Trinity College, a pocos metros del famoso Libro de Kells, en la Universidad más antigua de Irlanda ubicada en el centro de Dublín. En su rótulo informativo aparece la breve historia del instrumento procedente de Vigo y el reconocimiento de quién lo llevó hasta allí. En Irlanda se admite que el órgano vigués fue robado con fanatismo religioso, en tiempos en que la influencia de los instrumentos y el estilo de la composición musical española era significativa en la música puritana de tecla inglesa. Estuve largo tiempo ante aquel órgano del siglo XV, imaginando un concierto interpretado por Pedro Martínez de Montenegro, junto con el primer gaiteiro que citan los archivos de la historia viguesa, Joan da Voal (1562), y acompañantes con arpa y viola de gamba. Asistía el alcalde Francisco Pereira Moscoso (1572), noble vecino nombrado por el arzobispo de Santiago. El olivo centenario del atrio de la iglesia de santa María, padre del actual símbolo de la ciudad olívica, daba constancia de la riqueza musical de la Villa.

Aunque nuestros primeros útiles musicales datan de tiempos precélticos, la música del órgano y la gaita fueron las más escuchadas a inicios del Renacimiento. Hoy, cinco siglos más tarde del asalto de Francis Drake, suena otro órgano legendario en la Concatedral y otra gaita mágica, que difunden la historia del Vigo atlántico con sonidos genuinos.

*Publicista

Compartir el artículo

stats