Vigo no puede esperar por esos millones que la categoría Nodal tardará poco tiempo en regar a otros puertos sin reparar en si acumula 200 millones de deuda como Langosteira. Da igual que la terminal viguesa encabece el movimiento de mercancías en Galicia o que goce de una solvencia económica que se envidia en A Coruña. Más que premios Vigo recibe palos. El último, relegado a la red básica de línea ferroviaria diseñada por Bruselas. Es una desconsideración vergonzosa e injusta cuando más necesitaría una financiación extra para llevar el tren hasta la terminal de Bouzas. Pero de aguardar por esa regadera comunitaria se arriesgaría a perder un tráfico que lidera en el atlántico peninsular. Por eso acometerá sin ayudas las mejoras para competir en el futuro. Eso sí, poniendo el grito en el cielo por un insulto que reprochará allá donde haga falta. Empezando por Madrid.