Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El dedo y la luna

En el asunto del impuesto sobre las escrituras de hipoteca estamos mirando al dedo que señala a la luna, no a la luna, pues lo que ha quedado claro es la fragilidad de nuestra economía. Aunque la parte pública se haya tragado la burbuja inmobiliaria, la lleva dentro, en forma de deuda y de déficit fiscal, y el sistema financiero ha quedado tan magro de reservas que cualquier tropiezo puede tirarlo al suelo. Si la devolución -fuera justa o no- de un impuesto menor ponía en riesgo el cumplimiento del déficit (al contabilizarse contra las administraciones públicas), la capacidad de gasto de las autonomías (que lo cobraron) y la estabilidad del sistema bancario, es evidente que el conjunto del cuerpo, parte pública y parte privada, está todavía convaleciente y pasará tiempo hasta que se fortalezca. Pero tranquis, sigamos mirando al dedo, hasta que la luna se nos caiga encima.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.