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Ilustres

El traslado del coro de la Catedral: entre el acierto y la chapuza (II)

El coro. Obra muy importante que en 1580 contrataba el Cabildo a Juan de Angés y Diego de Solís. Una muestra extraordinaria de escultura manierista, con una organización tradicional de dos cuerpos, en el alto tableros con los apóstoles y santos de cuerpo entero, en el bajo santos de medio cuerpo todo ello complementado con las misericordias, entrepaños, doseles y remates. En vez de buscarle como se hará en Santiago posteriormente un lugar donde montarlo íntegro se desguazó de modo vergonzoso. La mayor parte se dispuso en las paredes laterales de la Capilla del Santo Cristo, tableros altos y bajos llenando los espacios. Ayudados por un amplio taller la obra se prolongó hasta 1590. Habremos de acudir a la descripción de Sánchez Arteaga, que lo conoció en su original emplazamiento: "En los respaldos de las sillas altas se destacan en medio relieve las imágenes de cuerpo entero, y en los de las bajas de medio cuerpo.Representa la del centro de las primeras, que corresponde al Prelado, al Salvador, y siguiendo en el coro del Evangelio, a san Pablo Apóstol, San Andrés, Santo Tomás, Santiago el Menor, San Mateo, san Matías, San Marcos, San Lucas, San Primitivo, Santa Eufemia, San Torcuato, san Esteban, San Sebastián, San Pelagio, santo Domingo de Guzmán, San Benito, Santa Catalina, Santa Eulalia, David y la Santísima Virgen María. Las del coro de la Epístola representan a san Pedro, Santiago el Mayor, san Juan Evangelista, San Felipe, San Bartolomé, San Simón, San Judas Tadeo, San Ignacio mártir, San facundo, Santa Marina, San Rosendo, obispo, San Lorenzo, San Vicente mártir, San Hermenegildo, San Bernardo, San Francisco, Santa Constanza, santa Lucía, Abrahán y San Juan Bautista.En la sillería baja representa la del centro, que ocupa el Hebdomadario, a san Gregorio, papa y las siguientes, del lado del Evangelio a san Ambrosio, San Jerónimo, San Basilio, San Atanasio, San Isidoro, San Pablo Ermitaño, San Antonio Abad, San Antonio de Padua, Santa Magdalena, Santa Inés, Santa Bárbara, Santa Justa, San Joaquín y San José. Las del coro de la Epístola a San Agustín, Santo Tomás de Aquino, San Juan Crisóstomo, San Nicolás Obispo, San Ildefonso, San Pedro Mártir, San Efrén, San Juan Clímaco, Santa Marta, Santa Agueda, Santa Cecilia, Santa Rufina, Santa Ana y Santa Isabel. Sobre el primer cornisamento de la sillería alta se ven los bustos de los antiguos patriarcas y de los profetas; y sobre el segundo, y con frontones que hacen el oficio de doseletes, multitud de bellas estatuitas de niños o genios desnudos de variadísimas actitudes.En las dos puertas laterales se representan de bajo relieve, en la de la Epístola la tentación de Adán y Eva en el Paraíso, y en la del Evangelio a los mismos personajes saliendo de aquel lugar expelidos por el ángel armado de la espada de fuego."

Tras del desguace el mayor número de tableros se dispuso en los laterales de la nave de la Capilla del Santo Cristo con la siguiente disposición: Lado derecho mirando al altar desde adelante atrás están los siguientes tableros con santos de cuerpo entero que correspondían al coro alto, con el asiento con la misericordia correspondiente: 1.San Pablo. 2. Santo Tomás apóstol. 3. San Andrés. 4. Santo Domingo. 5. San Benito. 6. Santa Catalina. 7. Santa Marina. 8. El Rey David. 9. La Virgen María. 10. La Fe. 11. Santiago el Mayor. 12. San Pedro. 13. San Primitivo. 14 San Bartolomé. Sobre ellos tableros del coro bajo con santos de medio cuerpo: 15.Santa Marta. 16. San Antonio de Padua. 17. Santa Inés. 18. Santa Ana. 19. Santa Agueda. 20. Santa María Magdalena. 22. San Juan Clímaco. Se han incorporado al montaje bustos de profetas con filacterias y pilastras con delicada decoración renacentista de putti, y motivos vegetales. Con un comportamiento simétrico en el lado izquierdo (desde adelante) nos encontramos con los siguientes tableros de cuerpo entero 23. San Lorenzo. 24. San Rosendo, 25. San Vicente, 26. San Hermenegildo, 27. San Juan Bautista. 28. Santa Lucía. 29. Abraham. 30 Esperanza. 31. San Mateo. 32, San Facundo.33. San Judas Tadeo. Y sobre ellos de medio cuerpo 34. Santa Cecilia. 35. Santa Isabel. 36. Santo Tomás de Aquino. 37. Santa Rufina. 38. San Ambrosio. 39. Santa Justa. 40. Santa Bárbara.

Otra serie de sillas con tableros bajos se dispusieron en la Capilla mayor para seguir cumpliendo el destino de sillería coral. Además en el cuerpo alto se dispusieron sitiales sin respaldo pero con sus brazos y misericordias, al igual que dos cuerpos movibles de 4 sitiales cada uno para la mucha clerecía que servía entonces en la Catedral. Los respaldos con relieves de Santos de Medio Cuerpo son en el centro San Gregorio Magno, a su derecha San José, San Joaquín, San Antonio abad, San Pablo Primer ermitaño, San Isidoro, San Atanasio y San Basilio y a su izquierda San Agustín, San Jerónimo, San Efrén, San Pedro mártir, San Ildefonso, San Nicolás, y San Juan Crisóstomo y los relieves con las virtudes de la Templanza y la Prudencia.

Pero sobraban otros tableros que hoy están dispersos en varias estancias de la Catedral habiendo cambiado su ubicación varias veces. Vemos la actual: En el Museo de la Catedral encontraron espacio tableros, bustos de profetas, tallas de bulto redondo, misericordias y otras piezas. Este es su inventario. Los bustos de Tobías, Henoc y otros dos profetas sin identificar. Los relieves de la Caridad y la Fortaleza. Los tableros de El Salvador (de la silla episcopal) y Santa Constanza, San Felipe, Santa Eufemia, San Juan Evangelista, San Marcos, San Matías, San Sebastián, Santiago el Menor. Las tallas de bulto redondo de Moisés y Elías. La hornacina con la imagen de bulto redondo de San Martín y el escudo del Obispo San Clemente. Dos misericordias y dos mascarones, una pilastra y una tabla de una sobrepuerta del Coro con inscripción del Génesis, alusiva al tema de la puerta. La otra se utilizó para anunciar el propio Museo en la nave a la entrada.

Sacristía mayor, San Lucas y San Simón. En la Sacristía del Santo Cristo, San Esteban y Santa Olalla. Capilla de Arrojo, San Pelayo. En el Archivo el tablero con San Torcuato de cuerpo entero, una docenas de putti que remataban como adorno los cuerpos altos, un busto de profeta y una pilastra. En la sala capitular, el tablero con San Ignacio de Antioquía de cuerpo entero y con algunos paneles y dos bustos de profetas se decoraron dos armarios de esta sala y otros muebles del Museo. Otras piezas se perdieron definitivamente.

Las extraordinarias puertas con escenas de Adán y Eva en relieve están ahora colocadas en el deambulatorio. El facistol, el mueble para los grandes libros corales, no se conservó y solo la talla de San Martín de madera policromada que lo remataba está ahora en el Museo.

El trascoro, concebido como una capilla con bóveda de casetones y arcosolios funerarios a los lados, era la capilla del Rosario que fundó en 1592 el Tesorero y canónigo de Sevilla D. Juan Noboa y Villamarín, la había construido el cantero Gonzalo Fatón. Una obra clasicista que se cerraba con una reja de Celma, en la parte superior una balaustrada y se complementaba lateralmente con dos calles entre columnas estriadas que acogían cuatro pinturas que por las fotos que se conservan solo se puede intuir que una eran la Resurrección, una Inmaculada, la coronación de la Virgen y otro de tema desconocido. La arquitectura de la Capilla se trasladó al Santuario de Los Milagros y sirve hoy como puerta de acceso a la explanada, el retablo obra de Juan de Angés se ubicó en la que era capilla de San Lucas en la Nave Norte, el retablo de esta estuvo en la Capilla de Las Mercedes y la imagen del Santo se conserva en la Capilla de San Juan. En la pared sobre esta capilla de San Lucas se embutió en escudo de los Villamarín que estaba sobre el arco del trascoro. La reja se colocó en este momento cerrando el presbiterio, en las nuevas reformas del postconcilio se retiró y los balaustres extremos de esta reja con dos tercios o telamones los recuperé yo de la trastera y hoy están colocados en la escalera de acceso al Archivo. La balaustrada de piedra que remataba el frente de la capilla se colocó en la tribuna alta del órgano como permite deducirse de alguna fotografía

Las rejas

Cerrando el crucero se colocaron las grandes rejas del siglo XVI, 1589 obra de Juan Bautista Celma, que en su día cerraban el coro y la Capilla Mayor, se mantuvieron íntegras añadiéndoles algunos centímetros en los extremos para llenar el hueco que es un poco mayor que el de la nave

En este momento había tres órganos, si bien solo estaba operativo el colocado encima del trascoro que se había construido entre 1922 y 1924 por la casa Eleizgaray de Azpeitia, que será el que se traslade a la tribuna alta sobre el pórtico del Paraíso y que es el actual aunque repetidamente restaurado y sin la caja sin adornos que tuvo. Además estaban los dos en desuso, los gustos estéticos musicales habían cambiado, que se había hecho en el siglo XVIII por el Padre Simón Fontanes, pero cuyas cajas de estilo barroco las hizo en 1707 el escultor Castro Canseco. Estos dos que pudieron haber quedado en su sitio como en Tui o Santiago se desmontaron, a la Comisión de monumentos les parecieron sin valor artístico, parece que alguna parte se utilizó en el órgano de Santo Domingo y en el de los Milagros, pero la mayor parte de las cajas desapareció sin conocer circunstancias de todo ello, solo las grandes estatuas que los remataban y debidas a Castro se colocaron sobre los cortavientos de las puertas Norte y Sur, representan a San Martín partiendo la capa y a Santiago matamoros. También tres discretos relieves de tema musical, dos hoy en la Iglesia de los franciscanos y otro en el Archivo. También aquí un angelote músico que debía ser de aquellos que abrían la boca muy propios de la organería barroca.

Los cierres del coro

Los muros que lateralmente cerraban el coro y tenían la suficiente fuerza para sustentar las grandes cajas de los órganos, era de buena cantería del siglo XVI, quizá sin demasiada decoración. Por la única foto que conozco en la que se ve una trozo con una de las puertas de acceso a los órganos con una ventana rectangular para dar luz a la escalera. La embocadura se decora con molduras cajeadas. Abría otras dos para acceder lateralmente al coro con las puertas ya referidas con relieves de Adán y Eva.

Las rejas de la vía sacra

Las sencillas rejas que delimitaban el paso entre el coro y la capilla mayor eran de hierro con remate de bolas de bronce, solución muy común para estas obras, las podemos ver todavía en Celanova. Desaparecieron sin saber que destino tuvieron.

Los altares de los relicarios

Para dejar espacio al coro en el presbiterio hubo que remodelar este espacio, y así se hicieron desaparecer las dos mesas de altar de piedra y estilo barroco que correspondían a los altares relicario que hizo Castro Canseco. Se les busco sitio en las capillas del deambulatorio (Armada y Resurrección). Hasta entonces la parte baja del retablo mayor se decoraba con una secuencia de arcos de estilo gótico que creo se realizan en el momento de ejecución del retablo y como banco del mismo. En estas obras es cuando aparece el sepulcro de la Infantita hoy colocado en la nave sur, estaba inmediato al llamado del Obispo Desconocido como señala Chamoso Lamas en su obra Escultura Funeraria en Galicia (pg 35) y del que había hablado Barros Silvelo en 1874, ocultándose poco después ya que Arteaga ya no lo vio considerando que la noticia de Barros era fantasiosa. Quizá en este momento se descubre las columnas del altar románico una de ellas con el tenante de tanto interés, todas ellas hoy en el Museo de la Catedral.

Así mismo con esta remodelación del presbiterio se ocultaron con la tarima que entonces se coloca, los sepulcros de cuatro obispos que se habían enterrado al pie de las gradas del presbiterio.

(*)Director del Archivo de la Catedral y delegado de Patrimonio de la diócesis.

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