Mendelssohn dedicó tres años de su vida a viajar por Europa para conocer las melodías autóctonas de diferentes regiones. De haber vivido en nuestra época, quizás se habría conformado grabando dichas melodías con su smartphone. Sin embargo, por fortuna para quienes amamos su música, el compositor alemán plasmó sus recuerdos en varias obras, entre las que destacan sus sinfonías Escocesa e Italiana. Precisamente esta última será interpretada por la Real Filharmonía de Galicia el jueves 26 en Vigo y el viernes 27 en Santiago, bajo la dirección de Pierre Dumoussaud.

El primer movimiento es una perfecta muestra de la vitalidad que Mendelssohn apreció en el país, tal como le describió por carta a su hermana en términos más que elogiosos. Desde el brillante inicio, el público sentirá un derroche de energía que sólo se mitigará a la llegada del segundo movimiento. Aunque su tema principal es la adaptación de uno compuesto por Carl Friedrich Zelter a partir de una melodía popular checa para acompañar un poema de Goethe, este Andante con moto pretende evocar las procesiones religiosas de Nápoles que tanto conmovieron al joven Mendelssohn. No obstante, todo dramatismo desaparecerá con el tercer movimiento, cuando un ligero y gentil minueto retoma el carácter jovial del comienzo. La calma que pueda sentir el espectador en ese momento se verá interrumpida por un fulgurante y tenso cuarto movimiento a modo de saltarello, una danza de origen napolitano similar a la tarantella. Cabe destacar que esta sinfonía se publicó a título póstumo, ya que Mendelssohn nunca la consideró culminada y pretendía reescribir varios movimientos, por más que hoy en día se la considere una obra maestra muy representativa de su estilo.

Antes de escucharla, el público ya se habrá introducido en el ambiente italiano con la obra Harold en Italia. Berlioz compuso esta obra inspirado también por su estancia en Roma, con el objetivo de representar algunas escenas del poema narrativo Las peregrinaciones de Childe Harold, de Lord Byron. La sinfonía se estructura en cuatro movimientos, con una parte para viola solista. Si bien fue Paganini quien, gratamente sorprendido por la Sinfonía Fantástica, solicitó al compositor francés la escritura de una pieza con la que lucir su nueva viola Stradivarius, el virtuoso se negó a estrenarla después de leer el primer movimiento y considerar que había demasiados silencios. Sin embargo, tras escucharla en concierto, Paganini quiso admitir su error y felicitó efusivamente a Berlioz. El solista que acompañará a a Real Filharmonía procurará demostrar que, en efecto, Paganini hizo bien en retractarse y la obra es digna de admiración.

*Musicólogo, que describe el concierto que la Real Filharmonía de Galicia ofrece mañana en Vigo, dirigida por Pierre Dumoussaud.