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TRIBUNA LIBRE

El Celta, ante un órdago a la grande

No soy buen jugador de mus pero la rueda de prensa del presidente del Celta contiene en sí misma muchas de las variables de ese juego endiablado en el que se ponen a prueba las dotes de convencer al contrario o engañarle como a un chino ( nunca mejor dicho).

Hace unos pocos días terminaba un artículo expresando mi opinión de que si había una venta del Celta debía ser transparente, justa y solidaria con la ciudad y los pequeños o medianos accionistas, y señalaba que ante un asunto de ese calado debiera convocarse a la junta de accionistas.

El señor Mouriño, en su pleno derecho, ha convocado a la prensa para hacer una propuesta de compra del estadio de Balaídos para el club avalando con las acciones de su grupo y comprometiendo a cambio su permanencia y no venta al grupo de inversión asiático; al menos de momento.

Con el máximo respeto al presidente, creo que sigue equivocando el foro de la propuesta y sigue en sus trece de esquivar la asamblea de accionistas para exponer con todo lujo de detalles ese proyecto a largo plazo y tratar de convencer a esta ciudad de la bondad de sus intenciones, explicando cuál ha sido el devenir del proyecto de ciudad deportiva que hace un par de años se presentó como la garantía del crecimiento y consolidación del Celta; explicar qué ha pasado, porzqué y qué es el factor que retrasa o cercena un proyecto que en principio era compartido por todos. Que explique su proyecto de crecimiento si compra el estadio.

No soy fetichista y entiendo que Balaídos si es para los accionistas del Celta en su totalidad y deja de ser un gasto para la ciudad y una inversión continua para el erario público, se pueden estudiar maneras que hagan viable una operación de compra con las garantías necesarias y con un pacto de que una posible venta posterior tenga un importante retorno para la ciudad. Pero hacer una declaración de intenciones de ese calibre de forma unilateral sin haber consensuado antes con sus propietarios (los vigueses) y los accionistas me parece un órdago con segundas y terceras lecturas y un intento de pasar la pelota a las instituciones del posible estancamiento de la progresión del Celta. Es una delegación de responsabilidad en toda regla y no es admisible cuando en los malos momentos se ha ayudado tanto al club y es la coartada perfecta para la venta si te dicen que no.

La peculiaridad del Celta debe ser tenida en cuenta pero sin caer tampoco en el tópico de no darnos cuenta que hay muchos clubes de fútbol propiedad de los accionistas sin que ello conlleve la desnaturalización ni de la ciudad ni del propio club. Aferrarse pues a ese dogma en aras del populismo tampoco parece acertado si lo que deseamos es que el club crezca, tenga cauces para hacerlo y la ciudad saque beneficio de ello a corto, medio y largo plazo.

No es un drama que Balaídos pase a manos privadas, mientras sea del Celta y para el Celta y su afición, la seña de identidad estará preservada y en este aspecto la demagogia debe de evitarse trufándola de sentimentalismo.

Conviene pues poner las cartas boca arriba y dejar los faroles o los órdagos a un lado y desde luego evitar a toda costa que esto sea un nuevo campo de batalla político que termine dejando yermo el panorama. Vigo es en algunas cosas el ejemplo de cómo proyectos atractivos han quedado en nada y después de muchos años siguen durmiendo el sueño de los justos. Barrio del Cura, Ikea, Porto Cabral y tantos otros han sido fagocitados por la intolerancia y a veces por la ambición desmedida de sacar tajada en vez de canalizar las inversiones con visión de futuro y mano izquierda.

Al Celta y su consejo de administración, que se explique alto y claro en el foro correcto; al Concello, que escuche y piense de forma exclusiva en Vigo y valore el rédito y remanente que puede suponer realizar patrimonio y dedicarlo a otras cuestiones que falta hacen en nuestra ciudad. Balaídos no se irá volando a Pekín ni a ningún lado. Va a seguir siendo punto de encuentro de celtistas y creo que como tiene la última palabra tiene la llave y la responsabilidad por ende de facilitar espacio para que el Celta se quede en manos de vigueses y poner condiciones razonables para todos.

Como última reflexión también debo decir que en todo este asunto no debiera invocarse más de la cuenta desde el club la palabra sacrificio y voluntad de servicio. Quien allí está es porque ha querido estar y algunas declaraciones de última hora no ayudan a la concordia y sosiego necesarios.El Celta lleva casi 100 años de vida, siempre ha salido adelante y los vigueses son su principal activo patrimonial; esa es su mayor plusvalía y su seguro de vida.

* Exvicepresidente del Celta

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