| El meollo de la cuestión está en adivinar si la Semana de Filosofía, una cita cultural con mucho pedigrí, ha empezado a morir de éxito como consecuencia de su innegable sesgo ideológico, cada año que pasa más y más acentuado. No hay más que echar un vistazo a los temas, a los programas y a los participantes de los últimos años para corroborar tal aseveración. Las treinta y tres ediciones que suma la Semana de Filosofía bajo los auspicios de la respetada Aula Castelao merecen una consideración especial. Su trabajo no puede despacharse de un plumazo; pero está sometido a la crítica y a la discrepancia, al igual que cualquier otra actividad pública. Atrás quedó aquel formato más profesoral, de inscripción previa y entrada reservada, cuando no cabía nadie más en el mítico Auditorio de la añorada Caja de Ahorros de Pontevedra.