La aparición de José Sazatornil en las películas o sobre el escenario siempre despertaba alegría y sonrisas. Tal vez porque era un actor serio y un gran cómico. Tenía un físico muy de la época, subrayado por esa perenne calvicie y ese fino bigote que dibujaban a un español de mirada pilla y de orden, siempre simpático. Saza subió por primera vez a los escenarios con 13 años y el teatro de aficionados fue su escuela hasta los 20, en que se hizo profesional. Hizo de todo, bueno, malo y regular, pero sus interpretaciones nunca fueron malas o regulares. Era de la estirpe de los mejores, como Landa, López Vázquez y otros. Actores de lujo. Sus compañeros y admiradores le despedían ayer en las redes recordando su frase sobre "Fulner", en la película "Amanece que no es poco", de José Luis Cuerda. Saza interpretaba al cabo Gutiérrez de la Guardia Civil de un pueblo de Albacete. En una de las secuencias, increpaba a un vecino que había plagiado la novela "Luz de agosto", del estadounidense William Faulkner. "¿Es que no sabe que en este pueblo hay verdadera devoción por Fulner?", le decía Saza.