Las elecciones del 24 de mayo pasado no fueron tanto un plebiscito al PP como a una forma de hacer política basada en dirigentes que toman sus decisiones encerrados en despachos, o que las comunican a través de televisores de plasma. Resultados electorales como los de Madrid, Barcelona, Zaragoza, A Coruña o Santiago de Compostela demuestran que hay un porcentaje elevadísimo de ciudadanos que tiene hambre de otra clase política: más honrada, humilde, eficiente y dialogante.

En O Salnés no ha habido ninguna "marea" , pero hay dos o tres gobiernos que podrían parecerse a una de ellas. Quizás el caso más simbólico sea el de Cambados, donde cuatro fuerzas han descabalgado al PP de la Alcaldía por primera vez desde 1987. Hay dos candidaturas o plataformas ciudadanas (Somos y Pode), un partido como el BNG que tras el tsunami de Podemos se ha puesto los apellidos de Asambleas Abertas y otro, el PSOE, cuyo candidato a La Moncloa, Pedro Sánchez no se cansa de prometer una profunda regeneración democrática...

Pero la "marea" de Cambados no está por ahora a la altura de lo que se esperaba de ella. Y quizás ello se deba a que algunos de sus protagonistas están incurriendo en vicios de la vieja política que tanto han criticado.

Lo primero es que hay un déficit enorme de transparencia en las negociaciones para formar gobierno. El deseo tan acusado de esconder bajo la alfombra los problemas (e incluso de evitar que se hagan fotos de las reuniones) no es propio de partidos a los que hace tres semanas se les llenaba la boca con la palabra "transparencia". Y tampoco es sana la bicefalia que hace temer la posición del BNG, cuyos concejales han dejado de ir desde el martes al Concello y de acudir a los actos institucionales, alegando que no es razonable hacer trabajo de gobierno sin saber antes si estarán en él.

Una bicefalia con la que que ya se gobernó la Xunta de Galicia entre 2005 y 2009 y que terminó con el PSOE y el BNG purgando sus pecados en el desierto. ¿Cómo se puede construir un Ayuntamiento con paredes de cristal si entre los socios del gobierno las levantan de ladrillo?

Cambados tiene que tener gobierno el martes, ya sea de nueve concejales o de seis. Las fuerzas que desalojaron al PP del poder el 13 de junio no pueden seguir dando la sensación de provisionalidad que están dando ahora ni pueden tener durante más tiempo a los vecinos en ascuas. Lo que toca ahora es que el gobierno comparezca ante los medios de comunicación (o ante los vecinos, como hizo el alcalde socialista de O Grove) y que pongan todas las cartas boca arriba.

Quizás el gesto del BNG de dejar solos a sus compañeros de viaje tenga algo de lógico, pero hace muy feo en el actual contexto y dadas las expectativas que se generaron en la izquierda. Y esto sin olvidar que el BNG es la segunda fuerza en votos, y que eso le debe proporcionar ciertos derechos en una eventual coalición.

Así que el gobierno cambadés tiene dos opciones: o empieza a practicar de una vez por todas la política nueva; o se compra una tele de plasma y se hace viejo.