Estamos siendo testigos de un cambio radical en la política municipal; algo asombroso e inimaginable hace apenas unos años, incluso unos meses, en los que la "cara de perro", el antagonismo más radical, era la moneda de cambio de cualquier propuesta que procediera del bando contrario.

Pero algo ha ocurrido, algo que no se ve, ni me importa a qué se debe; puede que a la sensibilidad política de darse cuenta de que la sociedad está harta del bipartidismo frontal, egocéntrico, visceral, de un enfrentamiento continuo, estéril, nada creativo ni constructivo, que nos conduce al hastío, al rechazo y al desprecio de una clase política que sentimos tan, tan lejos de nuestra realidad cotidiana, nos sobra partidismo y nos falta sentido común?, o puede que a cualquier otra motivación.

Alguien afirmaba no hace mucho que faltan políticos de altura en Vigo. Y no le faltaba razón, pues ni Caballero ni Figueroa parecían más que servir a su bancada. Pero? algo ocurrió. Ambos han decidido enterrar el hacha de guerra partidista e infructuosa para ponerse a intentar solucionar y desatascar los problemas de todos. El primero, los presupuestos, y junto con éstos, el Hospital, la ciudad de la justicia, el transporte, el aeropuerto, el agua, los impuestos? No es un sueño ¡no!, está pasando? La duda maléfica es por qué y por qué ahora; ¿por qué se les cae el velo de los ojos?, ¿por qué esa exhibición de sentido común a lo que no nos tienen acostumbrados?, ¿será que Figueroa se ha dado cuenta de que unas elecciones no las gana la oposición, sencillamente las pierde el gobierno? Las respuestas pueden ser muchas y variadas. Pero sea cual sea el motivo, el resultado es la cooperación en beneficio de nuestros intereses comunes, de nuestros problemas reales y de nuestros proyectos futuros. ¡Por fin, nuestros políticos locales empiezan a ganar altura! Ojalá cunda el ejemplo y esa actitud dialogante y de mano tendida para solucionar problemas comunes, que dicho sea de paso no es incompatible con el ejercicio serio y riguroso del gobierno o de la oposición, sea la actitud que se vaya imponiendo en todos los concellos y en el resto de las cámaras de representantes; algo que agradeceríamos muy mucho los representados.