¿Quién va a refundar el socialismo?

Las noticias que llegan de Washington dan fe de la tozudez de los neoconservadores: casi nadie se resigna a facilitar la certificación de su fracaso. En ausencia de Barack Obama y sin conocimiento preciso de sus planes en el terreno económico, ocho minutos por delegación fue tiempo suficiente para constatar las discrepancias triangulares entre los defensores de la ortodoxia fracasada (Estados Unidos y Canadá), los fervientes buscadores de una foto testimonio de su protagonismo (Francia y España), el pragmatismo de Gordon Brown y la necesidad de redistribuir los espacios económicos que piden los representantes de los países emergentes.

La foto de la cumbre de Washington es el pistoletazo de salida de una larga marcha para poner orden a la globalización y definir la autonomía de los sistemas financieros de los poderes políticos. La solución final no puede ser distinta de una ONU económica que canalice los vértices de todas las soberanías para conseguir una directivas vinculantes que acaben con el derecho corsario de los ejecutivos que han llevado el planeta a la bancarrota.

En medio de ese recorrido no hay ceremonia litúrgica que sentencie que la refundación del capitalismo es un acto de salón porque la economía real está ingresando en las colas del paro a cientos de miles de ciudadanos de todo el mundo que más temprano que tarde se pondrán en pie de guerra para reclamar reparación de un estropicio que no han creado.

En el horizonte todavía no se divisa una refundación del pensamiento progresista porque el socialismo sigue anestesiado por las consecuencias de la caída del muro de Berlín. Quienes creen que Gordon Brown y José Luis Rodríguez Zapatero, líderes socialistas en el gobierno de sus respectivos países, están trazando una agenda de refundación del socialismo no tienen conocimiento preciso de la naturaleza demoscópica de estos políticos: están pendientes sólo de la tecnología para la victoria de las próximas elecciones y su recorrido más largo termina en donde se acaben sus posibilidades de ocupar el poder. Si el socialismo se refunda será desde fuera de las direcciones del Labour Party inglés y del PSOE español. De momento no se tiene noticia de que el socialismo busque su salvación.