"Ha habido una persona que se ha salvado de la quema, que ha sido intocable hasta hoy" o "Sabemos que has mantenido intacta la parcela de tu vida hasta hoy", comentaban los colaboradores de Sálvame sobre una de sus colaboradoras prometiendo resolver la intriga a medida que se desarrollaba el programa.

Es habitual que los protagonistas del magacín de Telecinco se conviertan en los protagonistas de su propio contenido o que, en su defecto, lo haga alguien que nace de un espacio de la cadena. Sálvame cumple dos funciones que alimentan a la cadena: por un lado crea contenidos, por el otro crea famosos. Una fórmula muy rentable para la cadena.

Todos sus trabajadores son susceptibles de convertirse en personajes públicos a quienes subir a la palestra, por eso muchos de ellos se jactan de limitarse a hacer su trabajo como periodistas y mantener su vida privada alejada de los focos. Pero las condiciones suculentas de Telecinco convierten los principios en privilegios que conviene no mencionar porque en cualquier momento las palabras pueden jugar en contra. Es el caso de una de las colaboradoras más veteranas de Sálvame.

Una de las colaboradoras más antiguas de Sálvame se convirtió por primera vez en la protagonista del programa del 16 de agosto, cuyo late motiv fue "La gran mentira de Gema López".

El secreto de la colaboradora de Sálvame

Mientras sus compañeros criticaban la "gran mentira" de la colaboradora, Gema López se escoraba en su profesionalidad: ella era periodista, no famosa, y su vida personal pertenecía al ámbito privado. Es consciente de en dónde trabaja y hasta qué punto pueden llegar las exigencias del programa para mantener su contrato y se disculpaba avanzando que posiblemente rompería esa norma: "Trabajaré mientras me compense. El día que no lo haga, me iré a mi casa".

La polémica giraba entorno a unos supuestos robados que datan de 2016 y parecían no ser tal cosa. Tanto Paz Padilla como sus compañeros la presionaban para que confesara que había mentido y que, en realidad, había pactado las fotografías. Una fórmula que constituye un engaño a los lectores.

"Que cuenten lo que quieran, estoy súper tranquila. De hecho, nunca lo hago, este año he subido el posado yo a las redes. Y no se me ha ofrecido hacer fotos y, posteriormente, elegirla. Más que nada porque durante este verano no he estado sola, si no con mayores o menores. No lo he hecho porque no me siento cómoda. Es mentira. Hay muchos compañeros en Mallorca, agencias... y este año no solo ha sido el bañador y me ha pasado lo que nunca, hasta vestida me han seguido".

Poco a poco fue cediendo y confesó la verdad: no solo había pactado con los paparazzi los supuestos "robados" en la playa, sino que además después de dejarse fotografiar le enviaban los revelados y decidía qué se publicaba sobre ella y qué no.

Primero dijo que fue "solamente un año" porque se habían puesto en contacto con ella previamente: "Colaboraba con la revista 'Semana' y llamó una mujer diciéndome que me iban a sacar. Yo siempre pido que no me saquen con los demás. Me imagino que cuando las fotos llegan a las revistas, la eligen ellos. Ellos eligen las que salgo mejor. No se quién querrá hablar o decir, estoy súper tranquila. Entiendo su trabajo pero no voy a posar", reconoció.

De hecho, Rafa Mora y Paz Padilla siguieron acorralando a la colaboradora exponiendo lo extraño que les parecía que siempre saliera perfecta en las fotos. Ella siguió cediendo: "El pasado verano sabía que me seguían y, de hecho, les dije a mi familia que se fueran al chiringuito. Cuando me senté, recibí una llamada de teléfono y me cuentan que, Paz, tu marido, había fallecido. Se acercaron a mi y les dije que no me quería bañar".

Un testigo anónimo entró en el programa para decir que las imágenes de Gema López son siempre seleccionadas por ella: "Tiene un poder de decisión a la hora de elegir las imágenes que saldrán a la luz. A mi por eso me sorprende cuando dice que no sabe si le han tomado esas fotos o no. Es un plan completamente orquestado".

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Ella lo negó: "El año pasado y este no sabía que revista iba a sacar las fotografías". A continuación cambió la versión y matizó sus palabras: "Jamás he cobrado un duro por nada, sólo como periodista cuando he hecho entrevistas a personajes famosos".

Antonio Montero acabó desenmascarándola completamente, pero tirando piedras a su propio tejado al dar a entender que es una práctica habitual entre las personalidades conocidas: "Las revistas tienen mucho respeto a las personas influyentes, como Gema López. De cara a una revista, no suelen o pueden quedar mal con Gema, no es lo mismo que si ocurre con Rafa Mora".