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Pucho Cantante de Vetusta Morla, que hoy lanza su séptimo disco, ‘Figurantes’

“Nuestro clavo ardiendo son las canciones y ofrecer algo bonito a lo que agarrarse”

La banda VetustaMorla, con Pucho,el cantante, abajo,a la izquierda. Jerónimo Álvarez

El “ritmo vertiginoso” de los últimos años ha llevado a Vetusta Morla a bajarse de los escenarios tras la gira que ya tiene programada para este verano. La banda ha prometido regresar en 2026. Mientras, se despide de la mejor forma posible: con un disco, Figurantes, que sale hoy, 31 de mayo, para recordarle al mundo que esas personas y lugares que están en un segundo plano son los mecanismos ocultos que animan e impulsan hacia adelante el relato de nuestras vidas. Once canciones que suenan muy Vetusta y que se irán colando en los próximos directos de la banda, uno de ellos, el 16 de agosto, en Castrelos; otro, en el festival Noroeste en A Coruña. Pucho habla de pasado, presente y futuro. Una conversación teñida por su profundo amor por la música.

–Es el séptimo disco de la banda pero ¿es el primero que ha nacido de esta manera, dentro de una gira, la de Cable a Tierra?

–Sí, absolutamente. Es la primera vez que nos hemos metido en el estudio mientras estamos girando, en franjas, en tramos. De primeras iban a ser un par de canciones sueltas, luego un EP y al final se ha convertido en nuestro séptimo disco.

–¿Fueron apareciendo canciones sin un hilo conductor?

–Sí, son canciones muy de ellas mismas, como que no les deben nada a un concepto estético que es de lo que normalmente solemos partir. En otros álbumes hemos trabajado más la cuestión de un paraguas conceptual en el que las canciones estén más o menos incluidas. En esta ocasión, hemos grabado un poco según lo que nos ha ido pidiendo cada canción. A lo largo de nuestra carrera hemos trabajado cada disco de maneras muy diferentes y en esta ocasión creo que han aparecido todas esas maneras, ese aprendizaje que nos han dado el resto de discos y los años. Hemos aprovechado todo el conocimiento para ir dejándonos llevar un poco con lo que pedía cada canción. Y hay canciones que están grabadas directamente tocadas por todos a la vez, hay canciones que tienen más manipulación en el estudio, en producción... Hay un poco de todo.

La banda madrileña regresa a Vigo, donde tocará el 16 de agosto

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–Tras tantos años, ¿les ha sorprendido a ustedes mismos este proceso de creación?

–Sí, es maravilloso y como muy liberador también. Música es música, las canciones son canciones y muchas veces ponemos etiquetas incluso nosotros mismos y llega un momento en que te liberas de todo eso. Es como más placentero, no estás con ese yugo de la estética que te marca. Aunque también es muy interesante marcarte esos límites para que la creatividad funcione de otra manera. En esta ocasión ha sido más bien todo lo contrario.

–El disco suena a nuevo, pero también a casa, a algo conocido. ¿Es lo más Vetusta que han creado?

–(Ríe) Esto se está hablando mucho. Pero, ¿qué es ser Vetusta? Todo el mundo tiene las referencias de los comienzos y demás, pero creo cada disco es muy diferente. También, como decía antes, las maneras de llegar a esos discos han sido muy diferentes. Creo que en este disco hay muchas fases vetustas, todas forman parte de nosotros, de nuestra impronta, entonces quizá por eso también sí que es el disco más Vetusta porque tiene algo de todas las épocas.

–¿Qué son los Figurantes más que esas personas que están en segundo plano?

–Son gente muy importante con la que, sin su presencia, la trama de las películas muchas veces se iría a la mierda. Son un poco los que mantienen el armazón del argumento. Los secundarios muchas veces son los que detonan un poco lo que ocurre luego en primer plano con los protagonistas. Es lo que pasa también con estas canciones, que vuelan libre, que no están unidas a discos en los que podrían haber estado y no han estado, no porque sean peores o mejores sino simplemente porque a lo mejor en ese disco estéticamente no cuadraba. Son canciones que al final forman parte también de todo el armazón de las canciones protagonistas. Entonces creíamos que eran canciones muy importantes y que merecían también un respeto, como merecen respeto los secundarios. Al final, todos tenemos grandes secundarios en nuestra vida, pero nosotros también somos secundarios en la vida de otros.

–Han publicado algunos adelantos de canciones y han anunciado la salida del disco casi como sin querer, de puntillas. ¿Necesitaban escapar de esa corriente efímera que hay ahora en la que los hits duran apenas 24 horas?

–Sí, bueno, lo que hemos querido es darle la importancia que tiene a cada canción. Muchas veces hacer un disco cuesta un montón, mucho trabajo, y, de repente, lo sueltas y es flor de un día. Lo que dices tú, esa efervescencia. Como teníamos un disco de canciones, no tanto un álbum, pues pensamos que cada canción se merecía salir de una manera diferente, explorar otras maneras de que esos temas llegasen al público. Al final, yo creo que también le ha dado un poco la coherencia al título del disco y a esas canciones, a esos figurantes, que parece que pasan de puntillas, pero, de repente, tiras de ellas, las sacas del contexto del disco y dices: “Wow, vaya canción, como canción suelta es muy importante, muy poderosa”.

“Es el disco más Vetusta porque tiene algo de todas las épocas”

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–Uno de esos temas es ¡Ay, Madrid!, que ya ha pegado fuerte. ¿Qué significa esta ciudad para la banda?

–Últimamente, cada vez que vienen amigos a Madrid nos dicen: “¿Cómo podéis aguantar este ritmo, este desenfreno, esta locura, esta vorágine, este no parar, este no quedarse quieto?”. Hay un punto en el que nos ocurre esto. Es una ciudad que se está transformando bastante y muchas veces sentimos que la propia ciudad está expulsando a sus ciudadanos, a huir de aquí. Pero al final también digo: “Yo vivo aquí” y es una especie de canto de resistencia a esa relación de amor-odio que tenemos con nuestra propia ciudad. No me gustan muchas cosas de las que estoy viendo en mi ciudad, pero aun así voy a estar expuesto a seguir encontrando la manera de ser feliz en esta locura.

–¿Puentes y catedrales demuestran que se puede unir lo inalcanzable?

–Puentes y catedrales es casi el origen del álbum. Teníamos esas dos canciones que hacían referencia a la ingeniería civil, por un lado, y religiosa, por otra. Es curioso porque una canción es muy horizontal y la otra más vertical. Lo que tú dices de conseguir lo inalcanzable está más en catedrales, aunque los puentes también están ahí para ser usados. Es un llamamiento también a todas esas cosas que nos unen como seres humanos. Debemos tener más en cuenta todo lo que nos une y no tanto lo que nos separa.

–En La sabana de mis fantasmas animan a bailar y cantan. Como aquel “bailando hasta el apagón”. ¿Es de lo que se trata en la vida?

–(Ríe) Pues sí, la vida cuanto más se pueda bailar hasta el apagón hay que disfrutarla, eso es así, pero también hay que saber muchas veces pararla. Pararla con conciencia, no con un apagón, pero sí a lo mejor atenuar las luces un poquito y a relajarse, a tomarse un poco la vida con calma. Estamos metidos ahí en la vorágine, en la rueda diaria, pero también hay que saber parar esa rueda con salud, con energía y con buen rollo.

–¿Cuál es el clavo ardiendo de Vetusta Morla, como dicen en Nadadoras?

–Esa canción tiene una historia personal de Juanma [guitarra y compositor]. Son las cosas que se quedan ahí sin decir a gente que desaparece y se te queda como ese clavo ardiendo al que te agarras, al que te aferras, pero que ya no está, aunque hay ciertas cosas que siguen trayendo eso al presente. Nuestro clavo ardiendo al final son las canciones y ofrecer algo bonito a lo que agarrarse en este mundo. Tenemos la fortuna de que nuestro trabajo es algo maravilloso, es muy bonito lo que hacemos.

–No habrá gira de dos años con Figurantes ni tampoco grandes recintos, solo las fechas ya programadas, como el Noroeste.

–Sí. Es la primera vez que vamos a tocar en el Noroeste. Tenemos muchas ganas. En Galicia siempre hemos sido muy bien recibidos y es un placer volver.

–En septiembre llegará el parón. ¿Por qué bajarse de los escenarios?

–Llevamos cuatro años sin parar, eso es algo que en la carrera de la banda nunca se había dado. En esta ocasión, como había muchas cosas que anunciar a la vez, decidimos hacer un comunicado para que quedase todo bastante claro porque, al final, el público también está metido en las propias ruedas del consumo y se supone que si sacas un álbum, vas a hacer unos conciertos propios de presentación y luego vas a girarlo un segundo año por festivales. Ahora va ser muy diferente. Vamos a aprovechar esas fechas que quedaban todavía para ir soltando canciones. Ya llevábamos un año y pico con la intención de hacer un parón. Llevamos una paliza tremenda, necesitamos un descanso un poco largo para tomar oxígeno, hacer cosas más propias y salir de esta inercia que muchas veces te impide tomar decisiones un poco más razonadas. Al final, si vas como pollo sin cabeza, no riges tan bien que si te tomas las cosas con reflexión y con calma.

–¿Seguirán buscando la mejor canción posible?

–Eso siempre. Es uno de nuestros clavos ardiendo también. Encontrar siempre una canción, a lo mejor no la canción perfecta, pero sí la canción que te vaya llevando al siguiente paso.

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