Los “Maios” florecen a cobijo de la lluvia

Mayo es el mes de la celebración de la cultura gallega, de sus letras, pero también el de la exaltación de la madre naturaleza y de sus primeras floraciones que, sin embargo, esta última sucesión de borrascas con frío está impidiendo disfrutar con todo su esplendor y también de la tradición de los “Maios” , con sus monumentos vegetales en la calle con los que se debería despedir el invierno, que se resiste a abandonarnos y que ha obligado a elaborarlos más escondidos, al cobijo de la lluvia. Ha sido el caso de la Asociación Cultural A Solaina de Berducedo y Piñeiro, en Moaña, que celebró su “maio” con la colaboración de la Fundación Legar que preside el mestre gaiteiro Xavier Blanco que colabora con la asociación en diferentes actividades para la conservación de la cultura tradicional del país.

Con el amplio predominio del amarillo de las xestas, entre otras flores como hortensias y calas o frutos como la naranja, entre musgo y hojas, la Asociación cultural elaboró este año varias de estas esculturales vegetales representando el “maio do arco”, el “maiolo”, el “humán” y el “figurado”, éste último dedicado a la antigua agrupación del barrio “Os Reflectores”.

La Asociación Cultural y Folclórica Solaina incluye esta celebración dentro del ciclo festivo del año junto a la “muiñada”, el magosto y el entroido que organiza para seguir conservando las tradiciones. La de los “maios” es de origen incierto, pero se celebra al comienzo de mayo como una fiesta pagana para despedir el invierno e invocar a los dioses buenas cosechas con estas estructuras, quizás las más conocidas son las piramidales, de metro y medio, en torno a las cuales se cantan coplas propias de la fiesta. En los colegios se realiza un trabajo de conservación de esta tradición.

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