Adiós a Gustavo González, un amante de la pesca y un gran conversador

Beluso acoge hoy el funeral por el pescador, fallecido en la Costa da Vela cuando pescaba y cayó al mar

El pescador de Beluso y vecino de Moaña, Gustavo González Malvido, con una gran robaliza en las manos.   | // CEDIDA

El pescador de Beluso y vecino de Moaña, Gustavo González Malvido, con una gran robaliza en las manos. | // CEDIDA / Cristina González

Era natural de Beluso, en Bueu, vivía en Moaña y murió en las aguas de Cangas, por eso que toda la comarca despide hoy en su localidad natal a Gustavo González Malvido que con sólo 43 años falleció cuando realizaba una de sus grandes pasiones, la pesca a la robaliza en las rompientes de la Costa de A Vela. El viernes de la semana pasada había salido con su planeadora del puerto de Bueu, como tantas veces, para ir a esta costa de mar abierto en donde intentando esquivar una ola cayó al mar y su cuerpo no pudo ser localizado hasta seis días después por los buzos del GEAS de la Guardia Civil, en la misma zona pero a 13 metros de profundidad.

Deja viuda en Moaña y dos hijos de 15 y el mayor de 17 años, que ayer asumió con madurez el papel de portavoz de su madre y hermano y de sus abuelos paternos Juan Antonio y Rosa y maternos Eusebio y María, para agradecer todo el apoyo que han recibido en esta tragedia y en los angustiosos días de búsqueda del cadáver en el mar, tanto de los equipos profesionales de rescate y voluntarios como de las alcaldías y Concellos de Moaña, Cangas y Bueu, familiares y amigos que han estado acompañándoles a cualquier hora del día y de la madrugada, allá en donde hiciera falta.

Dicen que Gustavo González era un gran conversador, quizás por eso también era un gran comercial en su carrera profesional, como así le recordaban en la empresa de Valencia para la que trabajaba.

La pesca deportiva, sus amigos y la familia eran los pilares sobre los que construyó su vida. Pero ese mar que tanto adoraba, en el que reman sus hijos en los clubes de Samertolaméu y de Tirán, que se han volcado con la familia y con los que tanto disfrutaba, se la arrebató.

”Siempre recordaremos tus palabras”, dice la familia que hoy le da su último adiós desde el tanatorio de Bueu para ser incinerado en la intimidad y en el posterior funeral que se celebra a las 18.00 horas en la iglesia de Santa María de Beluso.