Felipe, el burro que cuida las cabras de Meira

Los comuneros adoptaron a este animal, que vigila el ganado junto a sus perros

El burro Felipe pastoreando cabras en los montes de Meira.

CMM

Las cabras que cuidan el monte comunal de Meira están ahora vigiladas por perros pero también por Felipe, un burro que los comuneros adoptaron porque su dueña no lo podía cuidar en Tomiño. Su adaptación y la “amistad” con el mastín del colectivo trascendió en los últimos días en las redes sociales.

Las cabras que cuidan los comuneros de Meira y que desde hace años suministran ingresos a la comunidad con la venta de carne y ayudan a limpiar el monte de forma sostenible cuentan desde hace meses con un curioso compañero. Se trata de un burro que adoptó la Comunidade de Montes de Meira al que puso el nombre de Felipe. Un vídeo en el que el burro juega con el perro mastín de los comuneros, que se llama Noé, se hizo viral estos días en las redes sociales con los comentarios señalando la amistad entre ambas especies de animales.

El presidente de los comuneros, Javier Fernández, explica que, para su sorpresa, Felipe “se adaptó desde el primer momento” e incluso ayuda a vigilar el rebaño de cabras junto al mastín. “Cada vez que se acerca un perro o pasa algo empieza a rebuznar y nos avisa de todo”. Colabora con el mastín en la vigilancia mientras que el border collie es el que se encarga de pastorear y marcar el recorrido a las cabras.

Felipe, el burro que cuida las cabras de Meira

Izqda.: su amistad con el mastín en el vídeo que se difundió por redes. / CMM

Se hicieron con el burro tras un aviso de que su dueña no lo podía cuidar. “Tiene unos 8 años, por lo que es joven. Estaba en Tomiño pero nació en Portugal”, desvelan los comuneros.

Desde el colectivo explican que además, al contar con tantos animales distintos, es habitual que senderistas o ciclistas que pasan por sus montes paren a hacerse fotos con ellos, siendo Felipe la nueva estrella. Dentro de poco recibirán la visita de alumnos del colegio de Reibón, que comprobarán de primera mano la nueva vida que estos animales le dan a los montes comunales de Meira.

Tras iniciar la cría de cabras en el año 2016 con un centenar de cabezas de ganado, los comuneros cuentan en estos momentos con cerca de 90 cabezas aunque más de 40 son cabritos y los machos se venderán para su consumo gastronómico. En verano calculan quedarse con unas 60 cabras en total.

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