Una multitud abarrota Reibón y agota miles de raciones en la “festa do mexilón e da fartura”

Miles de personas degustan en Moaña más de 8 toneladas del bivalvo en varias especialidades en su 26ª edición | Las pregoneras defienden el término popular, la calidad del producto y el trabajo de la Asociación de Mulleres

“Festa do mexilón,/ mexilón, mexilón, mexilón./ Festa da mexilón,/ o bivalvo que mola un montón”. Con ánimo festivo, y previa consulta a la concurrencia en una votación a mano alzada, las pregoneras Anabel Budiño y Sé Rial rebautizaron ayer la principal cita gastronómica de Moaña reconociendo a su protagonista el nombre con que lo conoce el pueblo, “mexilón e non mexillón, ainda que non sexa normativo”, su diversidad sexual y su vocación de dar “fartura” a miles de comensales, mientras un centenar de cocineras y colaboradores servía raciones a destajo hasta agotar las más de ocho toneladas de este preciado fruto del mar preparado en múltiples variedades: “4.610 croquetas de mexilón sacándolle a man, un por un, os pelos do cú e da cuncha; 40 kilos de fideos con mexilón; 100 empanadas de mexilón, 350 barras de pan e 8.500 kilos de mexilón preparados con amor de nai” al vapor, en vinagreta, en escabeche o en salsa de vieira. Una fiesta de la abundancia de resonancias bíblicas, del paladar y de todos los sentidos oficiada por el entregado equipo de la Asociación de Mulleres de Moaña.

El trabajo de la Asociación de Mulleres, muy reconocido.   | // G.NÚÑEZ

El trabajo de la Asociación de Mulleres, muy reconocido. | // G.NÚÑEZ / Gonzalo Martínez

Las pregoneras tomaron la palabra solo unos minutos después del mediodía y en las pizarras del puesto de tickets ya se tachaban, por agotadas, las ofertas de empanadas enteras y medias empanadas, que muchos asistentes preferían repartir luego en mesa o llevarse a sus casas o a las playas. Las colas que ya empezaban a formarse constataban lo atractivo de la cita en la explanada de Reibón, la calidad del producto y las ganas de degustarlo tras un paréntesis de tres años por la pandemia de Covid y la reforma de la cocina del colegio. Moaña living a celebration, imos todos xuntos a disfrutar!”, entonaban Sé Rial y Anabel Budiño, con el séquito de representantes del gobierno local haciendo coro en el estrado y los jóvenes miembros de la banda de música Airiños do Morrazo tomándole el pulso a los instrumentos para interpretar su festivo repertorio de pasodobles, clásicos del cine o éxitos de Nino Bravo que no pasan de moda.

Miles de raciones a la venta consumidas en pocas horas.   | // G.NÚÑEZ

Anabel Budiño y Sé Rial, acompañadas durante el pregón por representantes del Concello y la Asociación de Mulleres de Moaña. | // G.NÚÑEZ / Gonzalo Martínez

“Pasamos por casualidad, decidimos parar y hemos dado en la diana”, celebraba una familia valenciana de vacaciones en Galicia, adonde prometen volver, entre otros motivos, “por este tiempo ideal para descansar y estas comidas de nivel superior”. A su lado, Olga y Lolo gestionaban una caja repleta de raciones para compartir con amigos y, aunque elogiaron la preparación, advertían que el tamaño del mejillón era algo menor del habitual. Las pregoneras ya repararon antes en las consecuencias del “cambio climático”, que animaron a combatir con el respaldo a viva voz de la multitud que abarrotaba la carpa.

Actividades de la asociación y muestra de sus trabajos.   | // G.NÚÑEZ

Actividades de la asociación y muestra de sus trabajos. | // G.NÚÑEZ / Gonzalo Martínez

A partir de las 13.00 horas, la hilera de personas comprando tickets para canjear en barra ya se adentraba en el pabellón de Reibón donde se exponían trabajos realizados por la Asociación de Mulleres en actividades como encaje de bolillos, ganchillo y calceta, patchwork, reciclaje, confección de ropa de niños y manualidades, así como maquetas de balandro y bateas de la asociación Devanceiros do Mar. El producto que les da razón de ser, el mejillón, se agotó en todas sus variedades en solo unas horas bajo la carpa moañesa que retomó una fiesta que celebra cada edición con el éxito como ingrediente.

Largas colas para comprar los tickets de degustación.   | // G.NÚÑEZ

Largas colas para comprar los tickets de degustación. | // G.NÚÑEZ / Gonzalo Martínez

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