Del trabajo a la campaña
Los candidatos hacen “ingeniería” para compaginar su profesión con la política
Salvo los candidatos a la Alcaldía con dedicación exclusiva en los concellos, como son los regidores de Cangas, Moaña y Bueu, la mayoría del resto de cabezas de lista en estas elecciones municipales deben de hacer “ingeniería” para poder compaginar su vida profesional, con la política, por no decir, la familiar.
En Cangas, salvo Aurora Prieto que dejó de trabajar en 2019, las otras candidatas y otros candidatos siguen en sus puestos de trabajo, quizás haciendo “escapadas” permitidas que en otros momentos no podrían. El portavoz del PP, José Enrique Sotelo, se pone la bata blanca para pasar consulta de médico en el centro de salud de Cangas. Y no le saca horas a su trabajo. Dicen que los pacientes ya no le dejan, incluso verían mal que dejara la consulta para ocuparse de la Alcaldía. Sotelo se ha labrado una gran campaña en su puesto de médico y por eso anunció que pese a salir alcalde, seguiría en su puesto de Atención Primaria.
La portavoz del PSOE, Iria Malvido, madre de dos hijos, es ingeniera y trabaja en Cangas en su propia empresa; mientras que la candidata de Podemos, Carmen Berzosa, lo hace con jornada reducida, de 9:00 a 14:00 en la dirección de una clínica dental en Pontevedra. La líder del BNG, Araceli Gestido, trabaja en una empresa de autobuses en Cangas a la que ahora le dedica todas las mañanas para centrarse después, por la tarde, en la campaña, debiendo atender también a tres hijos pequeños.
En Moaña, el candidato del PSOE, Mario Rodríguez, tiene horario de banca, pero lo hace en Vigo y cuando retorna al municipio se pone a la campaña. Más complicado lo tiene Javier Carro, el candidato del PP, tiene el trabajo en el mar, como bateeiro. Debe atender cuatro bateas en los polígonos de Liméns y Moaña. Asegura que durante la preparación de la candidatura y el programa se levantaba entre las 2:15-3:15 de la madrugada para salir al mar en su balandro “Nebuiero” a las bateas y poder descargar mejillón entre las 9:00 y las 10:00 con el fin de acabar la jornada entre 12:00 y 13:00 para las reuniones políticas, desplazamientos a Santiago, Pontevedra o Vigo; regresar a su casa de Domaio y seguir con las reuniones con asociaciones para volver nuevamente al hogar y poder cenar con su mujer y disfrutar del resto de la familia que vive en casa, su hija menor con dos niños de 14 y 4 años, dos de sus tres nietos.
Ahora, y tras reconocer que ya perdió 4-5 kilos de peso, ha hecho coincidir el tiempo de varada del barco bateeiro para las labores anuales de mantenimiento, con la campaña electoral con el fin de compaginar todo. Reconoce que se levanta a las 6:45 horas y tras el desayuno acude al muelle a ver cómo van los trabajos en el barco y si tiene que acudir a las bateas por algún problema, lo hace en otro. En el barco con él trabajan una de sus dos hijas, su yerno Fernando Rúa, que va con él en la lista del PP, en el puesto 15; y otro empleado.
Javier Carro asegura que compaginar la vida de bateeiro en el mar es muy difícil y que a su edad ya tiene el relevo empresarial en marcha, con una de sus hijas trabajando a bordo y la otra en la oficina. Por eso si le llega el momento de tomar las riendas del Concello de Moaña dice que lo hará sabiendo que deja la empresa en buenas manos.
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