El Concello de Bueu reclamará a las comunidades de propietarios de la urbanización de la Praza Massó que presenten “lo antes posible” el proyecto para la reparación de las fachadas, que están a punto de cumplir dos años rodeadas por un vallado de seguridad tras los desprendimientos registrados en agosto de 2020. “Sabemos de las dificultades que entraña el proyecto, pero esta situación no se puede prolongar mucho más en el tiempo”, advierte el edil de Urbanismo, Martín Villanueva.
El departamento de Urbanismo remitió poco después del desprendimiento una orden de ejecución a las comunidades de propietarios, en la que se les instaba en primer lugar a adoptar las correspondientes medidas de seguridad. Esas acciones pasaron por el vallado y por la colocación de una serie de redes de seguridad ancladas a las fachadas para evitar desprendimientos sobre la vía pública.
Pero tras ese primer paso debía venir un estudio técnico para determinar las causas del desprendimiento y, sobre todo, una solución para evitar que el problema se pueda repetir en el futuro. “Es verdad que se adoptaron las medidas de seguridad, pero desde entonces han pasado casi dos años y la imagen que ofrece la zona no es la mejor para los edificios ni para el comercio de la zona”, señala Villanueva.
El problema es que todo apunta que la mejor solución técnica pasa por un profundo cambio en la fachada y apostar por un sistema transventilado, con un elevado coste económico que deben afrontar los propietarios. El diseño original no parece el más adecuado para la zona, tal como precisaban en su informe los técnicos municipales: “De la inspección de los trozos de revestimiento desprendidos [estuco] se deduce la poca adherencia del mismo al paramiento o ladrillo cerámico de hueco doble, así como la carencia de una malla de armado”.
En todo caso, desde la Concellería de Urbanismo subrayan que se debe optar por una alternativa común para todo el ámbito. “Es verdad que son edificios independientes, pero forman parte de un mismo conjunto. No tendría sentido que uno optase por una solución técnica y otro por otra diferente. Tiene que adoptarse un acabado homogéneo, tanto en el uso de materiales como en colores”, explican desde Urbanismo.
A mayores hay otro condicionante. La antigua chimenea de Massó y el Museo Massó son elementos catalogados y están dentro del ámbito de actuación, por lo que el proyecto debe ser tutelado y autorizado por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia. “Hay que tomar decisiones, no de un día para otro, pero es necesario dar pasos hacia adelante”, subrayan desde el Concello de Bueu.
El desprendimiento que originó esta situación se registró el 29 de agosto de 2020. En un primer momento se acordonó la zona afectada –en la calle Ibis–, pero después del informe municipal en el que se advertía que el riesgo era común a todo el ámbito se vallaron y colocaron redes de seguridad en todas las fachadas.
