La ONG gallega Pallasos en Rebeldía confirma que debido a la intensificación de los ataques del ejército israelí en los territorios ocupados palestinos en Cisjordania, se vio obligada a cancelar las actuaciones previstas dentro del Festiclown Palestina para el miércoles y ayer por la mañana. Aseguran que, a última hora de ayer, el ejército asaltó el Lajee Center, en donde se ubica la Rebel Circus School, la primera escuela de circo en un campo de refugiados, en concreto en el de Aida, fundada por la organización gallega.

El actor y clown cangués Dani Blanco, que integra la comitiva de 44 personas que forman el Festiclown, confirmaba a última hora del miércoles que se habían tenido que refugiar en el Lajee Center, que el ejército israelí “había entrado tirando gas lacrimógeno con tanquetas y soldados a pie, armados hasta arriba”. Añadía también que los soldados habían accedido hasta el cuarto en donde se encontraban “nos vieron y, por suerte se fueron, pero el campo de refugiados de Aida está todo gaseado y tomado por el ejército israelí”.

Los sucesos se produjeron después del fallecimiento de cuatro palestinos en una redada de las fuerzas de seguridad de Israel que dejó también una decena de heridos en la ciudad palestina de Jenin, según las agencias. La redada se realizó en la vivienda de la familia de un palestino implicado en un atentado perpetrado en abril en Tel Aviv, en el que murieron tres personas.

Pallasos en Rebeldía asegura que el Festiclown nace de la mano de esta Organización no gubernamental como una forma de llevar la risa y el circo a territorios en situación de conflicto. Lamenta los constantes ataques que sufren las personas palestinas por parte del Estado de Israel, que en esta ocasión ha provocado que se paralice el festival. Añaden que Pallasos en Rebeldía lleva más de una década llevando las risas a las zonas más desamparadas del planeta y, “a pesar de los constantes impedimentos por parte del Estado de Israel”, volvieron este año a Palestina “porque la risa es un derecho de todos”.

Dani Blanco, ayer, al retomar las actuaciones en el barrio palestino de Silwan, en Jerusalén. | Cedida

En Palestina, Pallasos en Rebeldía trabaja, tal y como señala Dani Blanco, con la ONG Human Support en la ciudad de Nablus y en Belén están en el campo de refugiados de Aida, en donde trabajan con esta escuela de circo para niños que se llama Lajee Center. Este año, la programación contemplaba actuaciones también en Jerusalén, Hebrón y Ramallah. En Jerusalén el evento lo organizan con el Consulado español y así pueden entrar sin problema, ya que el acceso “es complicado”, señala el cangués.

Dani Blanco asegura que ayer pudieron tener una actuación del Festiclown en un campo de refugiados en Jerusalén con tres ilustradoras de la zona de Valencia que forman parte de la comitiva del evento, aunque sin sonido. Insiste en que la situación es complicada, está muy tensa, los soldados volvieron a salir por la tarde en el campo de refugiados y todo Cisjordania está muy revuelta: “Cuando matan a gente, como en Yenín, lo que hace el ejército es entrar en todos los campos de refugiados palestinos como advertencia para que no haya protestas”.

Blanco reconoce que allí viven momentos de tranquilidad, pero “en quince minutos todo se lía”.

El clown cangués asegura que la comitiva del Festiclown tiene previsto regresar hoy a casa desde las zonas ocupadas Palestinas. Ayer iban pasar la noche en el campo de Aida, en Belén, esperando que todo trasncurriera bien. El programa ya contemplaba el regreso hoy. El Festiclown se desarrollaba del 21 al 30 llevando actuaciones por ciudades y campos de refugiados palestinos. El cangués participó en todas, salvo las dos canceladas y a mayores acudió a un hospital con niños, en Nablus. En la comitiva están cuatro compañías, tres de España, Kanbahiota, de Madrid; La nave del espacio, de Cádiz y Assircópatas, de Dani Blanco; además de la colombiana Tchyminigagua; Iván Prado, presidente de Pallasos en Rebeldía; los raperos Ergo P e Ill Pekeño, las ilustradora Julieta XLF, Iris Serrano y la artista urbana Irene Bofill.