El Concello de Moaña y el equipo redactor del Camiño Real celebran la reciente nominación del proyecto en el marco de la XII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo porque supone todo un espaldarazo a su modelo de “movilidad amable” y un “ejemplo” para otros lugares.
La convocatoria de este certamen corresponde al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y la exposición final, en la que se determinarán los ganadores, será el próximo mes de septiembre en México. La bienal recibió un total de 800 candidaturas de 22 países, se realizó una primera preselección de 180 proyectos y finalmente se quedaron en 84 finalistas repartidos en cinco categorías, entre los que está la propuesta de “Rúas azuis rururbanas” del Estudio Rurban. El lema de bienal es “Habitar al margen” y su consigna es destacar “hábitats alternativos para un futuro urbano más optimista, saludable y justo”. Los redactores de la propuesta, Martín Barreiro y María Masaguer, explican que el Camiño Real entre Moaña y Tirán constituye la parte “más visible” de un concepto más amplio. “Es un modelo de intervención, una forma de comprender e imaginar la estructuras de los ayuntamientos y el hábitat humano”, subrayan.
Los técnicos sostienen que una de las claves de la nominación del Camiño Real va más allá de una obra o ejecución física de un proyecto. Su desarrollo implica, entre otras cuestiones, la distribución del aparcamiento, restricciones al tráfico, la localización del mobiliario urbano o la instalación de “radares pedagógicos”. Todo con el objetivo de que las personas “se sientan más protagonistas” y que los vehículos sean los menos posibles y que circulen de un modo calmado. “Es todo un reto en el entorno de las Rías Baixas”, reconocen Barreiro y Masaguer.
El Concello de Moaña y el Estudio Rurban coinciden en que la intervención sería imposible sin la “complicidad” de los vecinos. De hecho, a la hora de valorar esta nominación hacen una referencia especial a la asociación vecinal, que ayudó a canalizar las demandas de los residentes, y sobre todo a Paco Ferreira, fallecido a finales de 2021. “Cada vez son más los moañeses que reconocen el valor de esta intervención: bien porque son vecinos del propio Camiño Real o porque, siendo habitantes de otros lugares, redescubrieron una parte del municipio que desconocían, lo que les permite ampliar sus paseos cotidianos”, valoran desde el gobierno local bipartito.
Este primer reconocimiento de la XII Bienal Iberoamericana esperan que sirva como inspiración para otras zonas y avanzan que se está preparando un programa de actividades que coincidirán con la Semana de la Movilidad y la inauguración de la exposición en México.
La obra del Camiño Real fue posible gracias a la colaboración entre los concellos de Moaña y Cangas y a la financiación de la Diputación de Pontevedra, que aportó un presupuesto de 500.000 euros a través del programa DepoRemse y del Plan Concellos. Una apuesta que antes resultaría “impensable” y que durante mucho tiempo fue vista o considerada como “inviable”.
