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Un audiovisual plasmará el motín social contra la ocupación privada de Rioesteiro hace 50 años

Los vecinos se echaron a la playa en 1972 para evitar un proyecto de cría de almejas y ostras | El Concello de Cangas, con la productora Alturafilm, pretende recuperar aquellos episodios

Zona de Rioesteiro, en la playa de Vilariño, donde se pretendía instalar la explotación acuícola. | // G.NÚÑEZ

En 1972, una empresa dedicada a la explotación marisquera consiguió licencia administrativa para sembrar cría de almeja y ostra en unos 25.000 metros cuadrados de lámina de agua frente a Rioesteiro, en la playa de Vilariño (O Hío). El vecindario reaccionó a lo que consideraba una privatización de sus aguas y un peligro para la actividad pesquera que le daba sustento, por lo que se echó a la calle y al mar para arrancar boyas de balizaje que la mercantil había empezado a instalar e incluso enfrentarse a las fuerzas públicas que intentaban restablecer el orden. La resistencia y movilización social dieron frutos hasta que las autoridades revocaron las licencias concedidas, desbaratando el proyecto. Dentro de unos meses se conmemora medio siglo de aquel episodio de lucha social, y el Concello de Cangas cuenta con la productora Alturafilm quiere plasmarlo en un audiovisual de “recuperación de historias de vida y memoria oral” de las personas que lo protagonizaron.

El proyecto aún está en ciernes, aunque sus promotores ya están trabajando en el guion literario y en la fase de documentación. La concejala de Cultura, Aurora Prieto, muestra el respaldo municipal y contempla que el trabajo podría presentarse después del verano, coincidiendo con los 50 años de aquella revuelta popular que se dio por zanjada casi a finales del año 1972. El 2 de diciembre, el FARO publicaba la noticia: “Arreglo satisfactorio del conflicto marisquero de Aldán-Hío”, con el subtítulo: “Quedará libre de ocupación privada la ensenada de Río de Esteiro”, y varios destacados: “Las dos concesiones otorgadas, anuladas, y las dos en trámite, suspendidas”. “La explotación marisquera, a través de la cofradía”. Eran años “en blanco y negro, o más bien en gris”, recuerdan los documentalistas, y enmarcan la resistencia popular en Aldán y Vilariño en un año de fuerte represión que le costó la vida a dos trabajadores, y otros 16 resultaron heridos por las balas de la policía franquista contra una movilización en Ferrol. “Entonces, cualquier conato de protesta u oposición se podía pagar muy cara”, pero no amilanó a los defensores de la ría de Aldán y su forma de vida.

Informaciones del FARO relacionadas con aquellos sucesos, a finales de 1972. | // FDV

La historia del intento de ocupación privada de Rioesteiro terminó allí, pero comenzó unos años antes, cuando tres “jóvenes idealistas” –Juan Ignacio Ribas, Gonzalo Casuso y Fernando Massó– indagaron en la progresiva disminución del marisco, en buena parte por la creciente contaminación marina, y promovieron alternativas para producir cantidades industriales de cría de ostra y almeja por procedimientos de laboratorio. “Biomar trata de salvar ostras y almejas en Galicia”, titulaba entonces este periódico, que se hacía eco del nacimiento de la empresa –ya sin Fernando Massó–, de su confianza en repoblar las rías en un período de siete años y de la elección de su emplazamiento: “La zona de investigación, en la ría de Aldán, es concesión del Gobierno”.

Manifestación en la playa

Los promotores se pusieron a ello, con respaldo institucional y mediático, pero el boca a boca y la oposición vecinal pudo más que las publicaciones oficiales y la mecha de aquel descontento no tardaría en prender. “El vecindario de Hío-Aldán, manifestado en la playa. Protesta por la concesión de un vivero de marisco a un particular”, recogía FARO el 2 de noviembre de 1972, que ya rebajaba las pretensiones empresariales a “un acotado de veda de 1.000 metros cuadrados [...] para vivero de mariscos y centro de investigación”, aunque tampoco convencía a los escépticos ni desmontaba sus argumentos: “La mayor parte del vecindario vive de !a pesca y disponen de un pequeño muelle, cuya ampliación se gestionaba para hacer posible el desarrollo de su trabajo en mejores condiciones. Aseguran que con la concesión no podrán utilizar el muelle y, como consecuencia, no les será posible ejercer la actividad de la que viven”.

Los testimonios apuntan que en aquellas semanas los vecinos mantuvieron una vigilancia estrecha sobre la ría, que se adaptaron canciones famosas en la época con letras improvisadas denunciando la situación y oponiéndose frontalmente a lo que consideraban privatización del litoral. La tensión crecía y pudo desembocar en tragedia, que se evitó, en gran medida, por la actitud conciliadora del párroco, Rafael Mayo, que medió ante la Guardia Civil mientras la perseverancia vecinal lograba la renuncia de la empresa al proyecto.

Un audiovisual plasmará el motín social contra la ocupación privada de Rioesteiro hace 50 años

Acuerdo satisfactorio

“Los días de angustia que vivieron las laboriosas gentes de las parroquias de Hío y Aldán, en la ría de este nombre, han tenido por fin un final feliz, quedando ya a un lado las pasiones y peligros que estas suelen traer consigo”, escribía el corresponsal de FARO, Eugenio Eiroa, el 12 de diciembre de 1972. En la reunión celebrada la tarde anterior en el Teleclub de Aldán, “se llegó a un satisfactorio acuerdo general”, con el siguiente resumen: “1) La Cofradía pedirá para sí todas las concesiones, a fin de que el disfrute por los mariscadores sea general. 2) Constitución de una agrupación de mariscadores mediante la confección de un censo en la secretaría de la Cofradía, y ulterior creación de una cooperativa. 3) Acción directa del Plan Marisquero. 4) Señalamiento por los pescadores, de acuerdo con el biólogo, de los nuevos lugares donde ha de hacerse la siembra, que será de algunas “tejas” con ensayo en un lugar que no afecta al desarrollo de Río Esteiro, y el resto en otras playas”.

Con este triunfo vecinal, la vida regresó a una relativa “normalidad”, aunque en los días siguientes fueron detenidos algunos vecinos acusados de incitar a la revuelta, “se interrogó e indagó buscando responsables y, finalmente, tres personas fueron sentenciadas a un año de cárcel por un tribunal militar en Ferrol acusadas de participar en reunión no pacífica”, rememoran los artífices del proyecto de recuperación de aquellos sucesos y de los testimonios de quienes los vivieron, hará este año medio siglo. “Muchos de sus protagonistas ya no están y su historia quedó relegada a entornos familiares y narrada en voz baja. Es por eso que decidimos hacer un viaje a la memoria, un revulsivo contra el olvido”, justifican los promotores de un audiovisual que aún está en trámites, al que le queda un arduo trabajo por delante y que pretende ver la luz antes de que finalice este año. “Es imprescindible que el testimonio de los supervivientes sea transmitido en un soporte entendible para las generaciones que no conocieron aquella época, que los que nunca vieron reflejados sus discursos y sentimientos en ningún medio nos hagan llegar su voz y su historia”.

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