La cabalgata de Reyes de Cangas pasó los filtros de los protocolos COVID. La distancia de seguridad se marcó desde el principio en unas carrozas en las que no viajaban más que Sus Majestades de Oriente. Nunca estuvieron tan solos estos Reyes que traen regalos ocultos en la noche. Había una carroza para cada rey, que viajaron a lo largo del recorrido oficial (entre a Rúa y A Madalena) sin pajes, sin comitivas fastuosas. ¡Vamos, que parecían que no venían del rico Oriente! Era una cabalgata humilde, sin grandes adornos, con un rey Melchor que la encabezaba, un Gaspar que ponía la música de fondo y un Baltasar muy animado. ¡El más animado! No aguantó ni un minuto en su trono tirado por camellos y cubierto con tienda árabe. Saludó a diestro y siniestro, repartió besos y bailó sobre la carroza al compás de la música que ponía Gaspar y logró ser el más vitoreado de los Magos por parte de los niños, que estaban entusiasmados, despreocupados y muy atentos a la cabalgata. Este año Sus Majestades no arrojaron caramelos a los niños. Lo impedía el protocolo COVID, así que no hubo padres luchando denodadamente en las aceras para conseguir un caramelo más para sus hijos. Hubo niños a caballo de sus padres y la relación entre Reyes y menores fue más que en las cabalgatas de antes de la pandemia. Aquí se escuchaba todo. Las peticiones de los padres, las de los hijos y las contestaciones de un animado Baltasar que aseguraba que por la noche habría muchos juguetes en las casas.

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Luz y color en la cabalgata de Reyes de Cangas Julio Santos Álvarez

La mañana había sido tremenda. Fue tanta la lluvia que hacía temer que no se iban a cumplir las previsiones del tiempo, que aseguraban que quedaría una buena tarde. Y lo cierto es que la cabalgata atravesó Cangas sin que cayera una gota hasta que llevó a la avenida de Vigo, donde empezó a chispear. Protocolo COVID aparte, Cangas se volcó con la Cabalgata. Había gente por todo el trayecto recibiendo a los Reyes Magos, que por una vez tuvieron una rápido recorrido. La falta de otras carrozas hizo apurar el paso a las de los Reyes Magos, que no encontraron obstáculos para hacerla ligera, a marcha casi esos camellos que compiten en las carreras en Arabia Saudí.

No hubo recepción oficial de Sus Majestades en el Concello de Cangas, tal y como estaba previsto siguiendo el dichoso protocolo COVID. Ya saben, para que no se juntara demasiada gente y subiera todavía más la incidencia en la villa. Claro que una vez finalizada la cabalgata los mayores pasearon, los pequeños se subieron a las atracciones que hay en la Alameda de O Sinal y en escondidos lugares se cantaba a la llegada de los Reyes, como antaño. No faltaron a la cita de Protección Civil ni tampoco la Policía Local, así como algunos trabajadores municipales que tiraban en los coches de alguna carroza. Precisamente, desde Protección Civil se agradeció el comportamiento del pueblo de Cangas. Se congratulaba con el hecho de que prácticamente la totalidad de los que salieron a ver a los Reyes Magos llevaban mascarilla y también porque no se produjeron grande aglomeraciones a pesar de la mucha gente que salió a presenciar la cabalgata de Cangas.

Cabalgata con mucha animación en Moaña

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La Patrulla Canina y la Pantera Rosa en cabalgata de Reyes de Moaña Julio Santos Álvarez

En Moaña, los Reyes Magos recorrieron la calle Concepción Arenal, entre el muelle de A Mosqueira y el Concello, en tres carrozas con motivos infantiles de la Pantera Rosa, la Patrulla Canina y la Doctora Juguetes. La localidad recuperó así la cabalgata por su recorrido habitual, aunque con medidas restrictivas por el COVID. Finalmente, tampoco hubo tirada de caramelos desde las carrozas a los niños.

En Moaña sus Majestades de Oriente sí desfilaron acompañados de niños y hubo animación por parte de la empresa Barafunda, con personas recubiertas de globos formando figuras de unicornios, medusas y anémonas. También había animación lanzando pompas de jabón. Los niños acudieron disfrazados con sombreros y capas de reyes que ellos mismos elaboraron en un taller con el Obradoiro del Patronato Moaña Moza II.

La cabalgata, a la que se unió a mitad de recorrido, a la altura de la cafetería Orensana, la banda Airiños do Morrazo con un pasacalles, fue seguida por muchas familias en su recorrido hasta el Concello, adonde llegó con la música de la agrupación Airiños.

Aunque el Concello, como organizador del evento, se había eliminado la recepción en la Praza do Concello, como medida de prevención frente al COVID, los Reyes Magos bajaron de sus carrozas y saludaron a los niños, primero desde el soportal de la casa consistorial y después desde el balcón de la primera planta. Los niños no querían dejar pasar la ocasión de estar un poco más con sus Majestades que llegaron a la comarca para depositar sus regalos a las familias.

En el colegio de Domaio

Melchor, Gaspar y Baltasar, dentro del colegio de Domaio. Fdv

En la parroquia de Domaio y debido a la pandemia, el Anpa del colegio de la parroquia no pudo realizarles la tradicional recepción en el pabellón, pero desde la Asociación de pais e nais aseguran que las cámaras de seguridad del centro grabaron a Melchor, Gaspar y Baltasar entrando en las aulas y depositando regalos en los pupitres de los niños. Vigilaron que los niños tienen todo ordenado y recogido.

Ese vídeo con los Reyes Magos de Oriente por el colegio será enviado por el Anpa a todos los niños de Domaio para que puedan ver con sus propios ojos el recorrido de estos grandes personajes por su centro educativo.

Pobre asistencia a la recepción real en Bueu

Niños con los Reyes en la recepción de Bueu. | // SANTOS ÁLVAREZ

La decisión de renunciar a la celebración de la cabalgata por motivos sanitarios evitó las tradicionales imágenes de niños poblando las calles de Bueu para ver a Sus Majestades desfilando en unas carrozas que, en los últimos años, no eran sino embarcaciones tradicionales con motivos marineros, evocando la tradición de la villa. En lugar de ello, el Concello apostó por extender el horario de la recepción, que se pasó a la carpa instalada en As Lagoas, lo que garantizaba una superficie suficiente para poder mantener las distancias sin mayores problemas. Sin embargo, no fue necesario, ya que fueron bastantes pocos los niños que se acercaron al lugar, donde podían no solo hablar con los Reyes Magos, sino depositar sus cartas en un buzón instalado a tal efecto o proveerse de caramelos. La lluvia matinal no ayudó a que la afluencia fuese notable, y ya por la tarde no se registraron las asistencias de otros años. Más de uno optó por trasladarse a concellos vecinos para ver el desfile.