Entrevista | Estefanía Cereijo Omil Pianista

“Hoy no se distingue entre cultura y entretenimiento y eso va en detrimento de la cultura”

La pianista Estefanía Cereijo Omil, natural de Bueu.

La pianista Estefanía Cereijo Omil, natural de Bueu. / ProLight Foto Estudio

Estefanía Cereijo Omil es una joven y multipremiada pianista de Bueu. Hoy presenta en el Auditorio de Cangas su primer disco, titulado “Redención” y que pudo grabar después de ganar el certamen XV Premios a la Excelencia Musical Manos Futuro 2020 de la Consellería de Cultura. Hace unas semanas ganó otro prestigioso galardón, XXXVI Premio de Interpretación Sociedad de Conciertos de Alicante-Oftalvist, y el próximo martes actuará en la ciudad alicantina. La joven formó parte de reconocidas orquestas sinfónicas, como la Joven Orquesta Gustav Mahler, y ha actuado en teatros de España, Francia, Luxemburgo, Holanda, Italia, Portugal o Lituania. Hoy, a las 20.00 horas, estará en el Auditorio, con entrada gratuita.

–¿Cuáles son las sensaciones con las que afronta el concierto de presentación de su primer disco en un lugar que supongo que se puede considerar como su casa?

–Efectivamente me siento como en casa. Me hace mucha ilusión tocar en el que fue mi centro antes de entrar en el Grado Superior y tan cerca de mi familia. Es muy gratificante un público que te conoce a nivel personal y que te quiere.

–¿Recuerda cómo fue su primera aproximación al piano y cómo finalmente se convirtió en uno de los ejes de su vida?

Lo recuerdo con mucha precisión, algo que es, creo, poco habitual. Siempre he sentido mucha curiosidad por la música pero no podía estudiar ningún instrumento porque tenía clases en el colegio por las tardes. Cuando por fin cambié de escuela y tuve las tardes libres lo primero que hice fue comenzar en clases de piano. Tenía 11 años y a los 14, por casualidad escuché tocar al que sería mi profesor los años previos a la enseñanza superior, Rodrigo Portela. Desde ese momento tuve claro que quería ser pianista.

La pianista bueuesa presenta hoy su disco en el Auditorio de Cangas.

La pianista bueuesa presenta hoy su disco en el Auditorio de Cangas. / ProLight Foto Estudio

–La grabación de este disco ha sido posible gracias a los XV Premios a la Excelencia Musical Manos Futuro 2020 de la Xunta de Galicia. ¿Cómo son los temas que se incluyen en este primer disco?

–Son obras de tres grandes compositores: Liszt, Wagner y Ravel. Son tres obras que han marcado mi carrera musical y que significan mucho para mí.

¿Por qué el título de “Redención”?

–El repertorio escogido tiene un tema común: la muerte. Se trata de una especie de recorrido a través de diferentes reflexiones acerca de ella: desde lo fantástico a lo humano. En cada composición se trata desde diferentes perspectivas.

–¿Cómo son esas piezas que ha escogido para este disco?

–La obra de Ravel Gaspard de la Nuit se inspira en los poemas homónimos de Bertrand. El primero habla sobre Ondine, una ninfa acuática que intenta seducir a la voz poética. El segundo movimiento de la obra se titula “Le Gibet” (La horca), creando una imagen grotesca y tenebrosa. El último movimiento trata sobre una especie de pequeño demonio, Scarbo, que lleva a la locura a la voz poética. Otra de las piezas se titula “Totentanz”, que en alemán significa danza de la muerte. Se trata de un tema con variaciones, originalmente para piano y orquesta. Para el tema principal Liszt escoge un Dies Irae, parte de la misa de réquiem y cuyo poema habla sobre el día del juicio final.

–Para cerrar el álbum ha escogido la historia de amor y deseo entre Tristán e Isolda.

–Sí. La última de las piezas del álbum es “Isoldens Liebestod”, que en alemán se puede traducir como la muerte por amor de Isolda. Es una de las arias de la ópera “Tristán e Isolda” de Wagner, cuya transcripción para piano escribió Liszt. El deseo es, sin duda, el tema principal de está composición. En la vida terrenal este amor termina trágicamente. Sin embargo, a nivel metafísico, acaban reunidos para siempre. Mientras Isolda sostiene a Tristán en sus brazos, canta una de las melodías más sensuales jamás escritas. Es una liberación, una redención de todo lo terrenal: una glorificación de la unión extática con el amado. De ahí el título del disco. Puede sonar muy macabro, pero la música es de enorme belleza. Al final, es un tema sobre el que todo ser humano reflexiona.

–Recientemente ha ganado otro prestigioso galardón, el XXXVI Premio de Interpretación Sociedad de Conciertos de Alicante-Oftalvist 2020-2021 en una fase final muy exigente. Dentro de unos días actuará de nuevo en Alicante. ¿Qué ha supuesto para usted este nuevo premio?

–Desde luego es un logro enorme. Una gratificación a todo el esfuerzo que supone ser músico, un reconocimiento a las interminables horas de estudio diarias, ensayos, viajes… Todavía no me lo acabo de creer, estoy muy agradecida a la Sociedad de Conciertos de Alicante.

–A pesar de su juventud cuenta con una trayectoria que le ha llevado a tocar con numerosos directores y orquestas, tanto en España como en el extranjero. Es habitual hablar del escaso reconocimiento que reciben los jóvenes investigadores en el ámbito científico. ¿Ocurre lo mismo en el campo de la música? ¿Tienen que irse con la música a otra parte, si me permite la expresión?

–Creo que uno de los problemas que hay en la sociedad actual con el arte es que no se distingue entre entretenimiento y cultura, siendo esto en detrimento de la cultura. Por supuesto sin quitarle valor ni mérito a nada ni nadie, pero no es igual leer una novela best seller que un clásico. Por eso la cultura en general y el arte no reciben todo el respeto que necesitan. Pero esto no es solo en la sociedad española, ocurre en todo el mundo. De hecho nuestro país ha crecido de una forma descomunal en las dos últimas décadas en el ámbito musical. Solo hay que ver las nacionalidades de dos de las orquestas jóvenes más importantes de Europa, la Joven Orquesta de la Unión Europea (EUYO) y la Joven Orquesta Gustav Mahler (GMJO). En sus inicios ni siquiera hacían pruebas en España hasta que en los últimos años se ha convertido la española en la nacionalidad más numerosa entre sus integrantes. También me gustaría mencionar a los músicos españoles que recientemente han sido galardonados en concursos de altísimo prestigio, como Juan Pérez Floristán o Martín García, que ahora mismo está en la final del concurso Chopin en Varsovia y que es uno de los certámenes históricos de más importancia en el mundo del piano. Tenemos músicos de enorme calidad, solo se necesita apoyo por parte de las instituciones, públicas y privadas, que es nulo prácticamente.

–¿Cree que la asignatura de Música cuenta con el peso e importancia necesaria dentro del ámbito educativo?

Ya no es solamente cuestión del tiempo dedicado, sino de los contenidos impartidos. No es normal que, al menos cuando yo estaba en secundaria, se obligase al alumnado a solfear o a conocer los intervalos, cuando a nivel práctico nunca los necesitarás si no eres músico, y que saliese del instituto sin conocer los instrumentos, compositores o sin haber escuchado nunca nada. ¿Cómo se va a conocer y amar algo que no te enseñan, algo que desconoces totalmente?

Estefanía Cereijo durante la grabación de su disco en Estudos Mans.

Estefanía Cereijo durante la grabación de su disco en Estudios Mans. / Gloria Sánchez

–Si tuviese que quedarse con un concierto o con una de las interpretaciones que ha hecho a lo largo de su trayectoria, ¿cuál sería?

Creo que la interpretación de “Totentanz” junto la Orquestra Sinfónica del Conservatorio Superior de Música de Vigo. Como he dicho, es una obra que ha marcado mucho en mi trayectoria académica, profesional, artística… Poder hacerlo con una masa sinfónica que te acompaña es una oportunidad que no se tiene todos los días. Otro concierto que recuerdo con un enorme cariño fue el estreno en la Península Ibérica de la Sinfonía nº 4 de Charles Ives con la Orquestra Sinfónica de Porto. Además de que la Casa da Música de Porto tiene una de las salas de conciertos más bellas, al menos para mí, la sinfonía incluía la interpretación a piano a cuatro manos. Tuve el honor de compartirla con mi profesor Luis Filipe Sá, una de las personas que más me ha enseñado, no solo sobre música.

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