Pablo Costas, el marinero retenido durante un año en Yemen, ya está en Bueu. El que fuera capitán del Cobija participó este mediodía en un sencillo acto en el que se se tuvo muy presentes a sus vecinos, a los que agradeció "la solidaridad y comprensión mostradas en este caso, en algo que le puede pasar a cualquiera". Costas estuvo arropado por miembros de la corporación de Bueu y por unas decenas de personas en un acto al que no se dio publicidad y que para él suponía casi una obligación. "Estoy un poco mejor, muy cansado después de dos años lejos de casa, pero hoy tenía que estar aquí para dar las gracias a todos. Es algo noble y necesario en estos tiempos", manifestó.

Costas reiteró su inocencia y la injusticia que le tocó vivir ante acusaciones que no se tradujeron en documentos que poder rebatir. "Yo tengo la conciencia tranquila. Soy un pescador y trabajo con bandera y licencia de pesca", señaló, apuntando a los intereses económicos de Australia como elemento subyacente en la denuncia. "Quieren que las banderas de los barcos sean suyas y explotar ellos los recursos", subrayó.

A pesar de la mala experiencia sufrida se mostró dispuesto a regresar al mar. "Volveré porque trabajo en la mar. Primero quiero recuperarme físicamente, pero hay que mantenerse activo. Es mi profesión, pero tendré cuidado porque estos perros muerden". Al recordar el primer contacto con su familia las lágrimas se acercaron a sus ojos. "No pude hablar, no pude decir nada. Aquí puedo hablar porque es una lucha, pero con la familia fue una emoción tan grande...", sentenció