La primera jornada del ocio nocturno sin estar vigente la obligación de exigir el certificado COVID para entrar en los locales, debido al fallo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, unido a la avalancha de personas en el “puente” de San Roque y las buenas condiciones meteorológicas, provocó un desmadre en Cangas, sobre todo en la zona de concentración de la movida nocturna, en la avenida de Marín y su entorno. La noche concentró a cientos de personas en estas calles y los accesos a los locales abiertos estaban a reventar.

El ocio nocturno se desmadra en Cangas

El ocio nocturno se desmadra en Cangas

El ruido y la concentración provocaron las quejas de los vecinos de la zona de la Avenida de Marín, que también critican la ausencia de fuerzas del orden. La Policía Local carece de patrulla nocturna y la Guardia Civil parece ser que también está bajo mínimos.

A través de las redes sociales se difundieron escenas de este “desmadre”, como un vídeo en donde aparecen varios jóvenes en ropa interior, con vasos en la mano, y bañándose en la fuente de María Soliño, frente al Concello. Incluso uno de ellos aparece montado en la escultura de la imagen del mítico personaje de Cangas, la bruja que fue perseguida en la época de la Inquisición.

Estas imágenes causaron gran indignación. El jefe de la Policía Local asegura que se está en negociaciones con la alcaldesa para retomar la patrulla nocturna estos días de gran afluencia de personas a Cangas y cuando se acercan las Fiestas del Cristo. Todo depende del informe de Intervención respecto a la dotación presupuestaria, porque por lo demás, hay voluntad política y también policial. Agulla entiende que una población como Cangas, que recibe a mucha gente en verano, tanto como para convertirse en una ciudad, no puede quedar descubierta. La estimación de gente de fuera que ayer llegaría a Cangas puede ser de unas 20.000 personas, en función de los aforos de vehículos que ofrece la Autovía do Morrazo en agosto.