La torre medieval de Meira recientemente excavada y parcialmente reconstruida en un promontorio sobre el que se divisa todo el valle de Moaña y la ría de Vigo recibió ayer una visita muy especial. Pese a las dificultades para acceder a la zona, cinco personas con discapacidad pudieron disfrutar de los restos arqueológicos y conocer de primera mano, con guías de la empresa Árbore Arqueoloxía, la importancia que esta torre tuvo en la Moaña medieval. Con la ayuda de cuatro joelletes y una silla handbike adaptada, los cinco visitantes subieron gracias a más de 20 voluntarios, inscritos tanto en el nuevo programa de voluntariado del Concello de Moaña como en el colectivo Discamino. La ruta intensa y desafiando a la lluvia consiguió que las personas con movilidad reducida llegasen a lo más alto del promontorio para atender las explicaciones de los arqueólgos que durante semanas trabajaron en esta excavación. El concejal de Mocidade e Voluntariado Daniel Costas destacó el buen sabor de boca de una experiencia de ruta inclusiva que promete repetir en más ocasiones.