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La comarca se “libera” de la mascarilla y el COVID cae al mínimo, con solo 5 casos y ninguno en Cangas

Un grupo de personas paseando por el entorno de Massó, libres de mascarilla. | GONZALO NÚÑEZ

La obligación y la necesidad de llevar mascarilla está tan interiorizada y asumida entre la mayoría de la población que ayer eran muchos los que no se acordaban de que esta medida ya no es obligatoria en la vía pública y en espacios abiertos, siempre que se respete la distancia social de seguridad. Ya fuese por inercia o porque, aún sabiendo que ya no es obligatorio, prevalece el sentido de la responsabilidad lo cierto es que esta prenda seguía cubriendo la boca y la nariz de muchos rostros. Pero también fueron muchos los vecinos de la comarca, especialmente los más jóvenes, que estaban deseando la llegada de este día para poder caminar sin la mascarilla. Una sensación para la que hay que remontarse a hace casi un año. Esta medida de alivio llega en un momento en el que coronavirus parece estar en retirada, con el contador prácticamente a cero en Cangas y Bueu y con menos de media docena de casos en Moaña.

Muchos vecinos continúan llevando la mascarilla en los espacios abiertos y vía pública. | G.NÚÑEZ

La obligatoriedad de llevar mascarilla en cualquier circunstancia estaba en vigor en Galicia desde mediados de julio de 2020, una decisión que la Xunta adoptó siguiendo el ejemplo de comunidades como Asturias, Cataluña o Baleares y que luego se aprobó para el conjunto de España. “Pero los cubrebocas han llegado para quedarse. No solo por el COVID-19, sino por otros virus y problemas respiratorios”, augura la jefa de servicio del centro de salud de Bueu, María José Aquino. La doctora recuerda que como la mayoría de virus se transmiten por vía aérea “el hecho de tener tapada la boca y la nariz reduce los contagios y la incidencia de enfermedades y problemas respiratorios”, tal como se pudo comprobar en los últimos meses. Esa conciencia era perfectamente constatable en muchas plazas, parques y espacios públicos de Cangas, Moaña y Bueu, donde la mascarilla seguía siendo protagonista.

La comarca de O Morrazo registra el menor nivel de contagios de coronavirus desde que comenzó la pandemia. El jefe de servicio del centro de salud de Cangas, Benigno Villoch, confirmaba ayer que en estos momentos no hay ningún caso activo en todo el municipio, una situación casi inédita. El mapa del Sergas corrobora que no se registra ningún contagio ni a siete ni catorce días.

Bueu también hace días que no contabiliza nuevos contagios, ya sea a una o dos semanas. La Estrutura Organizativa de Xestión Integrada (EOXI) Pontevedra-O Salnés comunica que desde el 19 de junio hay un único caso activo en el municipio. Hace apenas un mes llegó a realizarse un cribado masivo en uno de los colegios, donde se habían detectado cinco contagios. Las posteriores pruebas PCR a toda la comunidad educativa no arrojaron ningún caso nuevo y desde entonces la incidencia del COVID en Bueu fue bajando hasta llegar prácticamente a cero. La localidad ya estuvo “libre” del coronavirus durante un día, el 18 de abril.

En Moaña, por su parte, la EOXI marcaba a finales de semana ocho casos, con un ligero repunte desde el comienzo de la semana. Sin embargo, desde los servicios médicos rebajan la incidencia de la pandemia a apenas cuatro casos activos. Por lo tanto, si se mantiene la evolución de las últimas semanas, O Morrazo podría tener literalmente el contador a cero en muy corto plazo de tiempo.

Campaña turística

La remisión del COVID llega justo con el inicio de la temporada estival, un momento crucial para la economía de la comarca de O Morrazo, especialmente del sector hostelero. Bares y restaurantes llevan meses sometidos a un continuo vaivén de restricciones, con cierres y limitaciones de aforo, desde hace meses y confían en que el verano les ayude a remontar el vuelo.

Los médicos piden “cabeza y sentidiño”

Ante la actitud negacionista de algunos están los médicos y sanitarios, que llevan más de un año viviendo de cerca una situación que, desgraciadamente, es real. Por ello hacen un llamamiento a la prudencia y a la responsabilidad para evitar rebrotes. “Conviene recordar que si estamos en un lugar con aglomeraciones es importante llevar la mascarilla, aunque se trate de un espacio abierto. Se trata de actuar con cabeza y sentidiño, sin olvidarnos que este virus nos puede matar”, recalca la jefa del centro de salud de Bueu. La relajación en las medidas de protección, más aún si no se ha completado la pauta de vacunación, puede provocar un retroceso y un aumento de la presión hospitalaria. El ejemplo es lo sucedido estos días en Mallorca, con un macrobrote vinculado a viajes estudiantiles y cuyos efectos llegan incluso a Galicia. “Hay que interiorizar que cuidarse a uno mismo significa también cuidar a los demás”, insisten los médicos de los centros de salud de la comarca de O Morrazo.

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