Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El aparcamiento para comerciantes en Ojea, convertido en escombrera y urinario público

Los vehículos se hacen hueco entre basuras, escombros y maleza. G. Núñez

“Es una vergüenza que tengamos que convivir con esta panorámica a diario y también que sea la que se encuentran los visitantes al llegar a Cangas”. Es la protesta airada de Carmen y Jesús, vecinos del entorno de Ojea, mientras sortean escombros y residuos de todo tipo, incluidos excrementos humanos y de otros animales, restos de podas o del desguace de una embarcación que el temporal arrastró hacia la playa y acabó en la parcela de la antigua nave conservera de Lago Paganini. “Una escombrera así estaría mal en cualquier sitio, pero aún más en pleno centro urbano, entre la casa consistorial y el paseo marítimo”, abunda una acompañante de la pareja, que no encuentra explicación a que “pasen los meses y no se haga nada”.

La montonera de desechos se intercala con vehículos que aparcan en esta zona reservada para “autorizados”, aunque en la práctica lo hace quien encuentra hueco o es dirigido hacia allí por los “gorrillas” que operan en la zona. De ello se queja Mucha, una comerciante de la plaza de abastos encolerizada por la falta de espacio para sus furgonetas y las de compradores de la hostelería mientras “el poco que hay lo llenan de basura”. Otra profesional del mismo colectivo abundaba en las críticas mientras, a última hora de la mañana de ayer, sacaba su furgoneta casi incrustada entre los restos de podas y otros vegetales que forman una cordillera junto a las naves que aún siguen en pie. “Estamos hartas de quejarnos, pero ya ves para lo que sirve... A ver si reaccionan cuando salga en el periódico”, responde esta última afectada, y un vendedor del mercadillo ambulante que se celebra los viernes dice lo mismo, pero dirigiéndose a una gaviota que arrastra un ala rota sobre la cochambre con la gracia y habilidades expresivas de su gremio: “¡Tengo un amplio surtido de inmundicia, oiga! ¡No se me agolpen, que no hay problema de que el género se agoteee!”

Un usuario habitual retira su furgoneta entre un montículo de restos vegetales G.Núñez

El Concello respondió hace unos días a las quejas de los comerciantes por la falta de espacio y las multas a los profesionales en el entorno de la plaza de abastos anunciando la próxima puesta en marcha de cinco “áreas de servicios para turismos” , que podrán aparcar durante un máximo de media hora sin ser multados por la Policía Local, aunque el sector desconfía de los plazos y alega que esa medida no es “incompatible con tener el pueblo limpio” y aprovechar también el espacio vacante en Ojea, donde la porquería bordea los perpiaños de granito de la antigua industria devorada por el fuego y a los que se prevé darle un nuevo uso, aunque sin fecha.

Una mujer, mostrando, ayer, el panorama en Ojea. | // G.N.

Otro usuario, que se identifica como Enrique y reconoce no tener tarjeta de autorizado, aunque nunca lo han multado, asegura que solo aparca allí cuando “no tiene más remedio” y relata dos anécdotas “disuasorias”: el “tajazo” accidental de una rueda con un residuo metálico y la “meada y algo más” en una puerta de su coche.

Compartir el artículo

stats