La Consellería de Sanidade ha acordado, a lo largo de la mañana de ayer, permitir que los doce tripulantes del barco del Gran Sol “Sanamedio” que estaban confinados en el propio buque puedan pasar la cuarentena en sus domicilios, al igual que el resto de pacientes contagiados de Covid-19. Entre la tripulación se encuentran dos vecinos de Cangas, uno de ellos residente en la parroquia de Aldán.

Eso sí, no todos los marineros optaron por regresar a sus casas y varios de ellos prefieren permanecer a bordo por precaución hasta que los test arrojen resultados negativos del contagio. En principio toda la tripulación tiene coronavirus pero ninguno de ellos sufre síntomas graves, aunque al menos uno sufrió ayer fiebre alta, según fuentes familiares.

Los que volvieron a sus casas fueron recogidos en coche particular por sus familias y las autoridades sanitarias de la Xunta le han pasado unos requerimientos y pautas preventivas a los armadores, con el objetivo de que la tripulación se desplace directamente a sus respectivos domicilios, en donde deben permanecer confinados en una habitación.

El barco “Sanamedio” había partido para el Gran Sol el 15 de octubre, para trabajar en el caladero hasta las navidades realizando varias descargas en Irlanda. Pero en poco más de una decena de días de trabajo uno de los tripulantes empezó a mostrar síntomas de Covid-19. La Consellería de Sanidade explicó que, tras realizar unas pruebas de cribado, se habían detectado varios positivos. La casa armadora alertó a las autoridades sanitarias y al regresar al puerto de Marín, a primera hora de la tarde del miércoles, se estableció un protocolo de actuación que en principio pasaba por un aislamiento preventivo de diez días en el propio barco. El buque se había amarrado apartado de la zona habitual de descarga de pescado y se encontraba vigilado y perimetrado por unas vallas.

Familiares de algunos tripulantes hicieron pública la situación, pues reclamaban que se les permitiese confinarse en casa, como el resto de pacientes. Ayer las familias respiraban más “aliviadas” al poder decidir los trabajadores en dónde pasaban estos días. Y es que aseguran que al menos tres marineros se encuentran entre la población de riesgo por problemas respiratorios o cardíacos.

De cualquier forma, el próximo 5 de noviembre se efectuará una nueva prueba PCR a cada marinero para calibrar su evolución, por lo que es posible que algunos de ellos empiecen a recibir el alta.

El propio municipio de Marín sufrió ayer un cierre perimetral, al igual que ocurrió en las siete grandes ciudades gallegas, debido a la alta incidencia del Covid-19.

Alertas

En O Morrazo todos los Concellos tienen en estos momentos un nivel de alerta. En Cangas, que lleva dos semanas en alerta roja, se superan ampliamente los 70 contagios y en Bueu y en Moaña se mantiene la alerta amarilla con unos 10 positivos en cada caso.

A nivel gallego la comunidad registra 8.363 casos activos de los que 7.887 están en seguimiento en sus domicilios.