Los cambios de señalización en la calle Méndez Núñez alteran a los vecinos, que se vieron ayer sorprendidos con las operaciones de instalación de señales, retirada de bancos y maceteros y desplazamientos de los mismos a otro lugar de la que ahora se denomina, al menos en las señales, Praza de Méndez Núñez. Los vecinos tenían la mosca detrás de la oreja desde la pasada semana, cuando vieron que se colocaban vallas en donde había un aparcamiento en batería en la avenida Castelao, que forma parte de la carretera PO-551. Recordaron que el jefe de la Policía Local de Cangas, Albert Agulla, había anunciado que esa zona pasaría a ser la de carga y descarga de la calle Méndez Núñez. Y ayer comenzó a cumplirse todo. Una grúa municipal retiraba los bancos de piedra y los arrinconaba en lo que era hasta ayer la zona de carga y descarga de Méndez Nuñez, en un tetris complejo que aún duró tiempo. Y mientras se efectuaban los cambios y se instalaba una placa de prohibido estacionar y parar en toda la plaza, una ambulancia, desde la esquina de Eugenio Sequeiros, trataba de hacerse un hueco para evacuar a un vecino. La ambulancia estaba en medio del tetris, con la calle peatonal Eugenio Sequeiros a un lado, la nueva Méndez Núñez a otro y el Eirado do Sinal en el medio.
Los vecinos y comerciantes de la calle están molestos porque nadie del Concello se dirigió a ellos para explicar los motivos de estos nuevos cambios. Afirman que se quedan si sitio para realizar una para de forma legal para dejar la compra. Afirman que los proveedores tendrán que recorrer una distancia considerable para llegar a los clientes.
Indeca, el partido que preside Nardo Faro Lagoa, también critica los cambios en Méndez Núñez y el hecho de que un pueblo como Cangas, de 26.000 habitantes, carezca de Policía Local durante la noche.
El jefe de la Policía Local, Alberto Agulla, explicó que el objetivo es ganar espacio para los peatones frente a los vehículos, que tendrán restringido el acceso excepto para residentes. En las últimas jornadas, agentes municipales permanecieron en la zona con un coche patrulla obstaculizando el paso a furgonetas y camiones, a cuyos conductores explicaban las nuevas medidas, que tienen el visto bueno del gobierno bipartito, aunque no han sido consensuadas con el vecindario, según aseguran algunos residentes y reconocen desde el departamento de Mobilidade.
