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El Covid-19, dando la nota del nuevo curso musical

Las clases en el Conservatorio de O Morrazo y en la Escola de Música comenzaron con una puerta de entrada y otra de salida diferentes

El escenario del Auditorio se utiliza como aula. // Gustavo Santos

Con un teléfono que suena repetidamente en la secretaría del Conservatorio de Cangas, la directora del Conservatorio de Música de Cangas, María Jesús Torres explica que el Covid-19 obligó a utilizar la biblioteca, la sala de profesores y las cabinas de estudio para que las clases pudiesen comenzar hoy la normalidad de la nueva normalidad. Comenta que desde el de julio se trabaja intensamente en adaptar el Conservatorio de Música de O Morrazo a los protocolos que se marcan para la enseñanza musical, que no son nada fáciles de atender debido a las peculiaridades de esta enseñanza. Así, por ejemplo, se utiliza el escenario del Auditorio para las clases de canto y en las de instrumentos de viento se utilizan mamparas de metacrilato móviles con una distancia de tres metros entre alumnos. Que ya se sabe que el mortal coronavirus se transmite por el aire y entre nota y nota de trompeta, flauta, trombón o clarinete el virus puede circular durante unos segundos y unos cuantos metros.

Según manifiesta María Jesús Torres, la idea principal es que un aula no haya más de 16 alumnos, de lo contrario se doblarían los grupos. En las aulas pequeñas el límite se fija en 12 alumnos con dos metros de separación. Pero ya se ocupa la directora del Conservatorio de Música de O Morrazo en dejar bien claro que todas las clases con instrumento son individuales. Se articuló un sistema de entrada y salida con el propósito de que no se produzcan aglomeraciones. Primero, los alumnos entraran por la puerta principal y saldrán por la de urgencias. No se saldrá en grupo, sino en intervalos de cinco minutos y no van a coincidir nunca los horarios ni de entrada ni de salida. No se cambia de aula, es el profesor quien lo hace y éstas se ventilan entre clase y clase durante diez minutos. En cada una de ellas habrá dispensadores de hidrogel y en esos diez minutos de ventilación, personal de limpieza o los profesores desinfectarán los asientos. Todas las medidas anticovid son igual para el Conservatorio y para la Escuela de Música. Es esta última la que más se resiente en la matrícula, no en exceso, pero sí lo suficiente como para mencionar. La Escola de Música se nutre más de personas mayores que manifiestan su temor a poder contagiar a sus familiares. Asegura María Jesús Torres que la tendencia pueda cambiar en la medida que todo vaya funcionando bien y no aparezcan contagios.

El Conservatorio de Música de O Morrazo y la Escola de Música los sacan adelante 11 profesores y dos personas de oficina y una limpiadora. El Covid-19, este año, será una nota más.

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