Responsables municipales abundan en que esta herramienta tecnológica permite centrar la atención de los agentes en los vehículos que cometan alguna infracción, así como realizar tareas de control de acceso o estacionamiento en lugares restringidos, como sucede ahora como consecuencia de la pandemia de covid-19. En todo caso, destacan que su uso es "más disuasorio que recaudatorio", aunque las posibilidades de hacer cumplir la normativa se multiplican y los infractores se exponen a multas de 200 euros, que se reducen a 100 euros por pronto pago.