El Concello de Moaña inició ayer una de las obras más demandadas por los vecinos en los últimos años. Se trata de la tercera y última fase del paseo marítimo de Domaio, cuya tramitación había originado incluso un conflicto con Portos de Galicia y se prolongó durante 26 meses. Más de dos años de espera llevan los vecinos de esta parroquia desde que el gobierno local decidiese acometer por su cuenta estos trabajos, después de años de peticiones a Portos de Galicia sin éxito. Ayer, todavía en estado de alarma, la administración local puso en marcha una nueva obra. Personal de la empresa adjudicataria -Servicios Medioambientales del Miño-, de Portos de Galicia como titular del ámbito, y del Concello se citaron sobre el terreno para la firma del acta de replanteo y comienzo de la obra.

La empresa constructora aprovechó la jornada de ayer para el vallado de la zona de trabajo y para el marcado de la delimitación, por ejemplo, del futuro espacio reservado para el estacionamiento de vehículos. Se espera que en breve llegue a la zona una retroexcavadora para iniciar el movimiento de tierras. El paseo marítimo de Domaio deberá estar listo en dos meses. El concejal de Urbanismo, Odilo Barreiro, que participó en la firma del acta de replanteo, mostró su satisfacción por haber llegado finalmente a buen puerto con esta obra e incluso entiende que podría estar lista antes del plazo de dos meses, si el tiempo acompaña.

El director de obra será el arquitecto municipal Gumersindo Ferro, que participó ayer en la firma. El cartel de obra fue instalado por la tarde y los operarios esperaban todavía a la retirada de un coche y de una embarcación que ocupaban parte de la zona sobre la que trabajarán.

El principal problema encontrado sobre el terreno es la presunta invasión de un muro de contención particular de la zona de dominio de Costas, aunque se trata de escasos centímetros de ocupación.

El Concello presentó a Portos de Galicia el proyecto básico de esta obra en la primavera del año 2018. El retraso en la respuesta para la cesión de los terrenos llevó al bipartito a acusar al anterior presidente de Portos de una maniobra política para no permitir el inicio de los trabajos antes de las elecciones municipales de 2019. Finalmente, Portos solicitó un añadido al proyecto que garantizase la salida de los peatones en seguridad en la zona de entrada de camiones y coches al muelle de bateeiros. La intervención de la Asociación de Veciños Monte Faro, de Domaio, fue clave para mediar entre las administraciones y desbloquear la tramitación.

Con la llegada de la nueva presidenta de Portos de Galicia, Susana Lenguas, se limaron los últimos aspectos como una modificación en el convenio de cesión. La redacción del convenio especificaba que el Concello pasaría ser titular de los terrenos de Portos que se le ceden en cuanto arranquen las obras de construcción. Sin embargo, los técnicos municipales argumentaron en su día que la disponibilidad de terrenos debe ser previa, al no poder licitarse ni adjudicarse una obra para unos terrenos de los que no dispone el Concello.

Finalmente se logró firmar el convenio e iniciar la licitación de las obras. El tiempo corría en contra del gobierno local, que podría perder la aportación de la Diputación para acometer este trabajo. El precio de licitación era de 100.000 euros y finalmente la obra costará 77.440 euros.

Desde 2013 los vecinos de Domaio esperaban por la finalización de un paseo construido sobre el relleno que se realizó en el frente marítimo de la parroquia con el escombro extraído de las obras de construcción de la autopista AP-9, en los años 80 del pasado siglo. Los dos primeros tramos, a comienzos de la década pasada, fueron acometidos por la Autoridad Portuaria de Vigo, que era la titular de los terrenos. Todo se paralizó al llegar a la zona de Portos, entre el club de jubilados y el muelle.