Aplausos mutuos y música de gaitas en el entorno del centro de salud de Cangas

Los aplausos a los trabajadores de la salud a las 20.00 horas se han convertido ya en una tradición de este confinamiento en toda España. Los cascos urbanos de la comarca recuperan un poco a esa hora el bullicio que solía dejar al ajetreo diario y que ahora se ha transformado en un triste silencio. En el centro de salud de Cangas, desde la tarde-noche del miércoles estos aplausos son mutuos, pues el personal sanitario del Punto de Atención Continuada (PAC) sale a la puerta del ambulatorio y le devuelve a los vecinos de la zona el cariño y el apoyo que le demuestran desde los balcones.

"Se agradece mucho este apoyo y siempre nos ayuda a seguir adelante", apuntaba una sanitaria ayer mientras otros compañeros atendían a una señora que había sufrido un golpe.

Una vez más, los aplausos acabaron con un periodo de música desde las viviendas. Llamó la atención que un gaiteiro tocó piezas tradicionales mientras los vecinos le pedían otra. No es el único punto de la comarca en la que los gaiteiros amenizan la reclusión a sus vecinos.

Ayer en algunas zonas como la Calle Real o la Avenida de Marín hubo una variante por el Día de San José, pues sonaron desde altavoces la canción "Hola Don Pepito, Hola Don José", de Los Payasos de la Tele. Y es que los propios sanitarios reconocen que los aplausos y la fiesta de las ocho de la tarde se han convertido también en el gran momento de distracción para los niños que deben sufrir el duro confinamiento con sus familias.

El personal del PAC explica que los cangueses ya están concienciados con la cuarentena y se muestran reacios a acudir a urgencias de forma presencial si su caso no es grave. De ahí que desde el lunes se multiplicasen las llamadas para recibir atención por vía telefónica, con una red adaptada para evitar que se saturen las líneas.