Las máquinas volverán a trabajar en las obras de la piscina municipal de Bueu a partir del lunes. Durante las últimas semanas se resolvieron cuestiones de carácter administrativo y técnico entre Concello y empresa contratista para poder retomar los trabajos después de un parón que finalmente alcanzará los cuatro meses. Ayer se desplazaron técnicos para inspeccionar la obra y para organizar el reinicio de la misma. La previsión es que el lunes pueda volver a verse movimiento en los terrenos. El objetivo es que el edificio esté concluido durante la próxima primavera.

El plazo de ejecución comprometido por la contratista, Obras y Servicios Gómez Crespo, durante la fase de licitación fue de 15 meses, un periodo que se alcanza el próximo mes de febrero. Ahora resta por averiguar si la inactividad de los últimos meses demora la fecha de entrega. "En la primavera del próximo año estará concluida. Tampoco hay dudas con el plazo para justificar la subvención de la Diputación de Pontevedra, que es hasta el mes de junio", explican desde el ejecutivo local. La institución provincial financia prácticamente el coste total de la infraestructura a través de una ayuda concedida en el marco del Plan de Reequilibrio Territorial.

Los trabajos constructivos están muy avanzados, incluso a nivel de acabados. Lo que resta ahora es afrontar la instalación de todos los sistemas de climatización y la maquinaria para el funcionamiento de la instalación. Se trata también del capítulo que concentra la mayor inversión dentro del presupuesto de 2,2 millones de euros.

Aunque el movimiento de máquinas y obreros no será visible en As Lagoas hasta la próxima semana, desde la Alcaldía defienden que la reanudación de los trabajos comenzó hace ya semanas, con la toma de posesión del nuevo arquitecto municipal y las reuniones para resolver trámites de carácter administrativo y técnico.

Una vez que concluyan las obras del edificio quedará por resolver otra importante incógnita: cómo se gestionará la nueva infraestructura municipal. Desde el gobierno local insisten en que de momento este asunto no está encima de la mesa y no se tratará hasta que se vislumbre la recta final de los trabajos. "Hasta las últimas semanas no se tomarán decisiones al respecto", afirman. Las alternativas son básicamente dos. Un modelo de gestión directa por parte del ayuntamiento o bien optar por sacar a concurso un contrato para la gestión y explotación de las instalaciones, tal como sucede en el caso de Moaña.