La tradicional misa de campaña seguida de procesión marítima en honor a la Virgen y la verbena nocturna, solo interrumpida para contemplar el espectáculo pirotécnico sobre la ría, pusieron fin ayer a la programación de las Festas do Carme en la parroquia canguesa de Aldán. El sol y el buen tiempo, aunque con algunas rachas de viento del norte, y la instalación de una carpa que acogió los eventos, animaron a la participación de centenares de personas a lo largo de toda una jornada que puso el cierre a las celebraciones del Carmen en la comarca morracense.

La de ayer se abrió y se cerró con fuegos. A mediodía, la explanada portuaria acogió la misa de campaña, tras la cual comenzó la procesión marítima, una de las ceremonias más concurridas. A ello contribuyó esta vez una mayor implicación de los armadores, según apuntaron varios participantes, que pusieron sus barcos a disposición de los fieles y curiosos, aunque alrededor de media docena de balandros permanecieron amarrados a puerto. El bateeiro "Manuel Marcelino Dos" volvió a encargarse de portar la imagen de la patrona de los marineros y de encabezar la flota en su periplo por la ría. Entre los pasajeros, a muchos participantes les llamó la atención la presencia del alcalde, Xosé Manuel Pazos, que no suele acudir a actos religiosos y ayer se embarcó en compañía de varios familiares. En las primeras filas no había otros miembros de la Corporación municipal, según señalaron desde la organización.

El habitual espectáculo de pirotecnia dio color a la noche y la verbena nocturna corrió a cargo de la orquesta Palladium y el grupo Samba, que amenizaron con música hasta la madrugada.