Un vecino de Pamplona de visita turística en O Morrazo regresará a su tierra con un mal recuerdo de la playa de Castiñeiras, en la parroquia canguesa de O Hío, donde ayer por la mañana fue atacado por un perro suelto y sin bozal que le mordió en una pierna y obligó a trasladarlo al centro de salud para recibir atención médica. El hombre, J.M.I. de 41 años, fue asistido por la Policía Local, que recibió la llamada en torno a las 11.30 horas y movilizó una patrulla, cuyos agentes lo trasladaron al centro de atención primaria. El parte médico se remitirá al Juzgado, ya que la víctima ha denunciado los hechos.

Tras las explicaciones del vecino de la capital navarra, los policías localizaron al animal, un perro de raza mestiza que no está incluida entre las potencialmente peligrosas, aunque la prohibición de andar suelto y sin bozal se extiende a todas las playas de Cangas, e identificaron a su dueño, A.C.C., de 51 años y vecino de Vigo. Se le acusa de infringir la ordenanza municipal, con la agravante de que el perro atacó e hirió a una persona, por lo que, además de la sanción administrativa -una multa económica que rondaría entre 301 y 3.000 euros, dependiendo de la gravedad del caso y de sus consecuencias- tendrá que responder ante la autoridad judicial.

La presencia de perros es más llamativa con la llegada del buen tiempo y de vecinos y visitantes al litoral. Una realidad que conoce la Policía Local que, aunque suele dar una discreta tregua en los meses de otoño e invierno, retoma la vigilancia y las sanciones cuando regresa la primavera y aumentan las incidencias de este tipo . "Vai haber unha patrulla específica para os areais, mañá e tarde, e vaise denunciar a todas as persoas que non respeten a normativa", avisa el alcalde, Xosé Manuel Pazos, que hace hincapié en que hay una ordenanza municipal que "está para cumprila". El jefe de la Policía, Alberto Agulla, insiste en esos argumentos.

El pleno de Cangas aprobó en 2012 la ordenanza municipal que regula la protección y tenencia de animales de compañía, aunque el gobierno local no la aplicó, de facto, hasta el año siguiente para facilitar que los vecinos conociesen la normativa. En mayo de 2003 se tramitó la primera multa, a una vecina de Cangas, porque su perro de raza potencialmente peligrosa apareció en Nerga suelto y sin correa ni bozal. La ordenanza de mascotas estipula las razas de perros consideradas peligrosas, que deben llevar correa y bozal. El resto tienen que ir sujetos por correas. La Policía Local tiene un lector del chip identificativo para saber la identidad del dueño de cada mascota.