La celebración de la primera regata de traineras en Bueu durante las fiestas del Corpus en 1982 -en la que los locales no participaron como equipo- fue el aperitivo a la fundación del Club de Mar de Bueu en julio de 1982. La iniciativa de un grupo de personas, capitaneadas por el actual concejal de Deportes, Manolo Otero, devino en la creación de una entidad que ha sabido reinventarse con cada escollo que se ha encontrado en el camino y que ha convertido en la humildad su bandera. Aquella primera plantilla estaba formada casi íntegramente por deportistas que no habían tenido un contacto previo con el remo. Tan solo gozaba de experiencia Juan Veiga, que años más tarde se convertiría en presidente de la entidad.

Toda la experiencia que le faltaba a los ilusionados remeros la albergaba su primera trainera. Con limitados recursos económicos se compró una de segunda mano en Euskadi, concretamente a Zumaia, en el año 1983. La embarcación podía presumir de haber conseguido 47 banderas y algún Campeonato de España, pero ya se había quedado obsoleta para las aspiraciones que los clubes vascos tenían, no así para el recién nacido buenense. "En esa época veíamos entrenamientos, hablábamos con mucha gente. Méndez, que había sido técnico olímpico nos facilitaba mucha información...", explica Manolo Otero, que además de presidente asumía la preparación física y ejercía como entrenador en mar.

La falta de dinero se solventaba con mucha imaginación. "Los propios remeros fabricaron un sistema casero de pesas que funcionó muy bien, y de hecho aún queda alguna en el club", explica Otero. El carro para transportar los barcos fue hecho por varios trabajadores del sector naval que colaboraban con la entidad. Y lo mismo puede decirse de las espalderas y de otros elementos necesarios para la actividad deportiva.

Sin sede social en estos primeros años, los remeros peregrinaban por varios lugares para dejar las embarcaciones. El primero de ellos fue un bajo en Agrelo. "Estaba lóbrego y lo arreglamos para hacer vestuarios y duchas, porque hasta entonces cada uno se duchaba en su casa", recuerda Manolo Otero. Sin embargo, el difícil acceso desde allí hasta el mar con los barcos hizo que se cambiase hasta un local en Canceliña y otro en Banda do Río. La situación pareció solventarse en 1996, cuando se consiguió la cesión de la cetárea -la actual nave náutica-, que poco a poco se fue arreglando, y de hecho continúan las mejoras en ella. Otero recuerda otros hitos en la historia del club, como el hecho de "haber sido los primeros en admitir entrenando a mujeres, antes incluso de que pudieran competir".

Hoy, la entidad que preside Manolo Juncal compite con dignidad en la Liga Gallega, donde el año pasado logró un meritorio cuarto puesto. Por sus filas han pasado remeros de la importancia de Álex Rodríguez, Jesús Ibán Fernández, David Alfaya o Pablo Miranda, todos ellos con experiencia en ACT, entre otros. Entre sus presidentes han estado incluso dos alcaldes de la villa como Félix Juncal y Tomás Barreiro.