Es guarda rural desde hace año y medio para las dos especialidades, tanto de caza como de pesca, y también tiene el título de vigilante de seguridad y vigilante para explosivos. Miguel Rodal permaneció ayer toda la mañana a pie de muelle, en el puerto de Cangas, controlando las descargas de las planeadoras del marisqueo a flote que iban llegando a tierra. Lleva año y medio como vigilante de pesca en la empresa S.P.R. Vilanova, contratada por la asociación para el control en toda la ría de Vigo. A él le tocó el muelle de Cangas, mientras que otros compañeros que estaban en Toralla o en Tirán.

El primer barco en llegar a puerto fue a las 09.30 horas, tan sólo hora y media después del horario autorizado para poder echar la vara al mar, que es a las ocho de la mañana. El barco era el "Montse", de Cangas, y trajo al muelle las dos "tareas" por los dos tripulantes a bordo, que sumaron 16 kilos de babosa.

La embarcación había faenado en el banco de la playa de Rodeira, en Cangas, que ayer salvó el primer día del marisqueo a flote en la ría. Muchos barcos también fueron a la zona de "arriba" como el sector llama a la ensenada de San Simón, en donde es más sencillo trabajar, pero en donde se coge un marisco de menos precio. El de Rodeira cuesta más, pero tiene más precio y ayer fue la salvación para los barcos que regresaban de Toralla con las manos vacías.

A media mañana habían pasado por el control de Miguel Rodal en Cangas unos 25 barcos y tenía pendientes cinco por entrar. El tope eran las dos de la tarde. y a partir de esa hora ya no podía haber una vara en el mar. Por eso que cuando llegó su compañero Juan Carlos Piñeiro desde Toralla en la embarcación de vigilancia acudieron ya al encuentro de dos planeadoras que regresaban a tierra con el cupo de almeja. "¿Arreglasteis el día?" le preguntá Juan carlos al patrón del "Fina" que había abandonado Toralla con el saco vacío e intentaba reponerse en Rodeira: "¡Arreglamos!", le respondió el patrón.

Miguel Rodal coge su báscula y pesa el saco con almejas: "16 kilos de babosa y 1,5 de rubia". Tras la pesada, le pone la cinta reglamentaria de "control" y el barco se dirige a la lonja a descargar para la subasta después en Vigo.

En este año y medio que lleva de vigilante, se ha encontrado con muchas situaciones picarescas por parte de los marineros, aunque ayer fue un día tranquilo y no aparecieron almejas escondidas. Asegura que en algunas ocasiones, aunque no en esta ría, se ha encontrado barcos con doble fondo pra esconder las almejas, incluso se ha encontrado bivalvos escondidos en las botas de los marineros. Está muy satisfecho con este trabajo y con la empresa porque reconoce que procede del mundo de la construcción y aquel sector sí era muy duro. Ayer fue un día tranquilo, no hubo almeja furtiva y en general los marineros le transmitieron que había sido buena jornada porque cogieron todos el cupo.