El puerto de Domaio ha sido el lugar escogido por la empresa valencianada Idifor para poner a flote una innovadora batea para el cultivo de mejillón, en la que se sustituyen las vigas tradicionales de madera de su construcción por otras de un nuevo material, denominado Formex. Se trata de un material, que tiene una base cementicia con adición de fibras, que ha sido diseñado y patentado por un equipo de cuatro ingenieros, integrantes de la empresa tecnológica -socia de Idifor- "Research & Development Concretes", con sede también en Valencia. la empresa ha desarrollado esta marca en el marco del proyecto Horizon2020, de la Unión Europea, para la investigación e innovación.
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La batea, además, ha incorporado un sistema autónomo de vídeo en streaming (en directo a través de internet), alimentado por energía solar, que ha desarrollado la empresa viguesa Wireless Galicia en colaboración con la también viguesa Electrónica Transyel. Desde el día 28, se puede seguir en directo el comportamiento de este vivero flotante a través del canal de YouTube de Idifor, que permite también hacer su control a los ingenieros desde Valencia.
El vivero flotante se estuvo montando estos últimos días en Domaio y tras ponerse a flote fue remolcada hacia el polígono mejillonero de O Grove C2, en la ría de Arousa, en donde la va a explotar, para cultivo de mejillón, la empresa Barlovento S.A.
El director ejecutivo de Idifor, el ingeniero Hugo Coll, asegura que "a simple vista la batea es parecida a todas las demás: la misma estructura y geometría, la misma funcionalidad? Sin embargo, esta innovadora batea sustituye las vigas de madera por otras realizadas con Formex®, un material diseñado y calculado para resistir en los ambientes más agresivos, como el marino, manteniendo una flexibilidad equivalente a la de la madera".
Señala que la ventaja que ofrece es su "elevada durabilidad ampliando notablemente la vida útil respecto a la media de las bateas tradicionales. Se trata de una apuesta segura para el desarrollo del sector acuícola". Reconoce que su coste es más elevado que el de la batea tradicional de madera pero que esos costes se compensan con el menor mantenimiento que supone la madera, a la que hay que tratar con pintura de forma anual o el repaso de las uniones. El coste de una batea de madera puede oscilar entre los 100.000 y los 120.000 euros, según manifiestan bateeiros consultados.
La empresa está introduciendo en el mercado dos modelos de batea: uno mixto que combina Formex con los pontones de madera, como es el caso del vivero puesto a flote en Domaio; y otro sólo de Formex, utilizando este nuevo material "pero respetando el método tradicional del cultivo de mejillón".
Hugo Coll señala que este proyecto surgió hace unos 5 años cuando empezaron a mantener contacto con la empresa Forjas do Salnés, que se dedica a la construcción de bateas y con amplia experiencia en el sector. Desde entonces comenzaron a trabajar en el estudio de algún material que tuviera buen comportamiento, igual que la madera, para resistir en el mar sin que tuviera tanto deterioro y, después de escuchar a los bateeiros, surgió el Formex, que ha patentado esta empresa de materiales avanzados.
Idifor ya instaló hace un año una batea experimental, construida con este material, en el Pais Vasco, en concreto en la localidad de Mutriku, para el Centro Tecnológico AZTI, que está probando trabajos de cultivo de ostra.
La que se puso a flote en Domaio es la primera de Galicia para el cultivo de mejillón. En esta comunidad, la firma tiene previsto instalar cinco bateas, algunas con un modelo más avanzado.