La firma que ahora gestiona la piscina, desde el 3 de noviembre de 2015, presentó en el anterior concurso una oferta de prestación del servicio por 180.895 euros, sensiblemente por debajo del precio de licitación, que era de 200.000 euros. Entonces, la mesa de contratación tuvo muy en cuenta la oferta económica a la hora de adjudicar provisionalmente este concurso por un período de diez meses, prorrogable por otros diez. Ahora, el plazo del servicio es de 12 meses, prorrogable por igual período, y el tipo de licitación sube a 260.000 euros, sin computar el IVA, pero la oferta de actividades, en cantidad y calidad, será tan importante o más que la rebaja de precio, según afirman responsables municipales, que pretenden dar el impulso definitivo a unas instalaciones que no acaban de despegar y que no pocos usuarios la subestiman frente a otras ofertas del entorno, como Moaña.
Ni el Concello de Cangas ni la UTE A Balea han ofrecido datos concretos sobre los costes de mantenimiento de las instalaciones ni el umbral de rentabilidad, aunque en varias ocasiones se calculó que son necesarios unos mil usuarios para hacerlo viable. Una cifra que hasta ahora no se ha alcanzado y que ahora se quiere superar.
