El Museo Massó inició en octubre el proceso para la restauración de tres pinturas de gran formato de Urbano Lugrís. Se trata de tres cuadros pintados en 1948 por el artista como un encargo de la familia Massó y que tenían como finalidad formar parte de la decoración del comedor de los empleados. Esa restauración tuvo ayer uno de sus puntos culminantes con una conferencia y un taller en el que la directora del Museo Massó, Covadonga López de Prado, y la restauradora, Cristina Cobas, explicaron cómo fue este trabajo.

La directora del museo centró su intervención en realizar una introducción a la obra de Lugrís y su etapa en Bueu, en la que realizó diversos encargos para la familia Massó, como la capilla de Santos Reis. A continuación Cristina Cobas explicó en qué consistió la restauración realizada en los últimos dos meses. La especialista subrayó que lo que se realizó ha sido solo una primera fase, que se centró en consolidar y fijar la capa pictórica de los cuadros. Debido a la técnica que utilizó Lugrís en el momento, el empleo de un aglutinante un tanto precario y el propio lugar en el que estuvieron expuestas los cuadros presetaban algunas zonas "pulvorolentas" y otras "craqueladas" o con grietas. Para el futuro aún queda trabajo, como cambiar los bastidores (la estructura trasera que sujeta el cuadro), restaurar la tela y fijar la policromía.