Desde el año 2007 la casa de turismo rural de A Boubeta, en la parroquia canguesa de Coiro, está en el punto de mira vecinal. Las fiestas que en ella se organizan a altas horas de la mañana, con música y bebida alcohólicas (la Policía Local en un informe habla de 30 personas en un botellón) son denunciadas reiteradamente por un grupo de vecinos, entre ellos Francisco Gestido, ahora apoyado en sus últimas quejas por la Asociación de Vecinos de Coiro, en el Concello de Cangas. Pero el propietario de la citada casa, Ángel Vilas, afirma que él también es una víctima de estas situaciones que se denuncian, porque él alquila la casa como un bien de equipo. Recuerda que la casa de turismo rural carece de equipo de música y también de un portero que controle la entrada y ni mucho menos cuenta con un barman para servir alcohol. Ángel Vilas es consciente que en ocasiones había más gente que aforo tenía el alojamiento y que alguna fiesta se celebró convocada a través de las redes sociales. "Una persona alquila la casa y después nunca se sabe como va a responder". Ángel Vilas considera que debe ser la Policía Local o la Guardia Civil de Cangas los que cuando acudan a atender las denuncias vecinales deben en este momento proceder a la identificación de las personas, que supuestamente están armando jaleo.

Los vecinos aseguran que el propietario no pone todas las medidas necesarias para frenar las fiestas que se celebran y que impiden conciliar el sueño a los vecinos de la zona. También aseguran que la casa de turismo rural de A Boubeta tiene categoría B y solo se puede pernoctar.

Las primeras denuncias vecinales se remontan a septiembre de 2007. En esa denuncia se señala que los asistentes a la fiesta echaron "foguetes de lucería" y que casi prende fuego a un pajar. El 1 de noviembre de 2009 un informe de la Policía Local de Cangas señala que a las 0031 horas un vecino de Coiro informó que en la casa de turismo rural de A Boubeta había un grupo de personas que realizaban una fiesta y que llevaban desde la tarde haciendo ruido. Es a las 00,40 horas cuando la patrulla llega al lugar y los agentes "constatan que era unha festa na que había unhas 30 personas, que manifestan que habían alugado a ca todo o día, que non había responsable da casa rural, poste que eles eran os únicos que se atopan alí, infórmaslles das molestia que lles están ocasionar os veciños, manifestan que cesarán a actividade". En enero de 2010 la exalcaldesa advirtió de la clausura y precinto del local. También Francisco Gestido denunció los hechos ante Turismo, aunque este organismo decidió el sobreseimiento y archivo de las actuaciones, sin perjuicio de las acciones civiles que, en su caso pudieran corresponder al perjudicado". En los años posteriores siguieron las protestas y las continuas idas y venidas de la Policía Local. En una ocasión la Guardia Civil fue al lugar pero no interrumpió la fiesta por falta de equipo para medir los ruidos. Las últimas denuncias se produjeron el día 1 de abril y corresponde a altos ruidos de fiesta los días 27 y 15 de marzo.

Ángel Vilas está convencido que si la Policía o la Guardia Civil denuncia a algún cliente "la gente empezará a suavizar las fiestas". Vilas señala que el supo con posterioridad de que en varias ocasiones las personas que alquilaron su casa de turismo rural contrataron a un DJ profesional, pero asegura que eso siempre se hace a sus espaldas y pone un ejemplo: "Si y alquilo un vehículo y me salto un semáforo, la culpa no es de la empresa de alquiler, sino mía". El gobierno, de momento, no actúa.