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José Mª de Juan-García Aguado - Docente de Ingeniería Naval e Industrial en Ferrol

"En la investigación tenía interés en que los carpinteros valorasen su trabajo"

Aguado presenta el viernes su libro "A carpintería de Ribeira en Galicia"

José María de Juan-García Aguado llegó a Galicia desde Guadalajara tras doctorarse en ingeniería naval en la Politécnica de Madrid. En Galicia comenzó a interesarse por las tradicionales carpinterías de ribeira, sobre las que realizó un estudio. En la actualidad Aguado es docente en la Escuela Universitaria Politécnica de Ingeniería Naval e Industrial del Campus de Ferrol, y mañana presenta en el Museo Massó de Bueu su libro "A carpintería de Ribeira en Galicia (1940-2000)".

– ¿Que le llevó a interesarse por este tipo de carpinterías?

– En un principio fue sobre todo el factor profesional, ya que soy ingeniero naval. Después también me movió el hecho de que la actividad desarrollada por las carpinterías de ribera son muy importantes para los estudios, sobre todo de carácter tecnológico, a pesar de estar en un segundo plano. Cuando empecé con este proyecto me encontré una gran laguna, y es que no se había registrado la actividad, ni había constancia alguna de sus características,. De ahí surgió mi interés. A través de los contactos que hacía y de las entrevistas este interés se incrementó, sobre todo hacia los profesionales, a los que admiro y agradezco su colaboración.

– ¿Cómo fue el trabajo de investigación?

– Empecé en los años 90. Estuve unos cuatro o cinco años recorriendo la costa gallega, de norte a sur. Buscaba todas las carpinterías, que superaban las 40, y a los carpinteros. Aunque la mayoría estaban ya jubilados, me transmitieron la tecnología, los secretos de la profesión, la información sobre la actividad que ellos habían recibido en su tiempo a través de otros, sin asistir a escuelas sino de forma autodidacta. También me interesaban mucho los museos en los que podía haber información sobre las carpinterías. En estas visitas traté de recoger toda la tecnología, que es compleja e interesante, y también la propia historia. Después de este recorrido elaboré un primer texto en castellano, publicado a través de la Universidad de Coruña. Después me ofrecieron la posibilidad de editarlo en gallego, y no me lo pensé. Aproveché también para añadirle cosas, revisar el texto y completarlo. Incluí también en esta nueva edición fotografías de los carpinteros. Así creo que se les hace justicia y es interesante que quede constancia de estas personas, de su inteligencia natural y su capacidad empresarial.

– ¿Cómo fue su experiencia en O Morrazo?

– Tuve muy buena acogida por parte de los carpinteros. En Moaña hay un núcleo muy importante de carpinterías de ribeira por su proximidad con Vigo, lo que convierte al Morrazo en una zona de mucha importancia. En Bueu conocí a Purro y Marín, en el año 2001. Me acuerdo mucho de ellos, y por eso decidí incluir sus fotografías en el libro.

–¿Cuaá es el objetivo de este libro?

– El de preservar una actividad que tiene muchas facetas, como la sociológica o la tecnológica. Los carpinteros eran los que construían las embarcaciones en los pueblos y las aldeas. Eran un eslabón fundamental, pero sin embargo estaban en un segundo plano, ya que el primero lo ocupaban los armadores y patrones. Pero la pesca estaba sustentada en la existencia de estos artesanos. Además, ellos eran conscientes de su función social, y la desempeñaban a la perfección. Durante la investigación tenía interés también en hacer que los carpinteros valorasen su trabajo, como los medios modelos del casco o las herramientas, fabricadas por ellos y los ferreiros.

– ¿Cuál es la situación actual de las carpinterías de ribeira?

– Hay una reactivación del sector localizada. Existen como una docena de astilleros que construyen, con madera de ribeira. Existe también la Asociación Gallega de Carpinterías de Ribeira (Agalcari), un movimiento creado hace cuatro o cinco años, que consigue que se mantenga este sector y lucha por atraer la atención de la administración a través de sus planteamientos. Además es una actividad con un alto contenido ecológico, se construye en instalaciones gallegas y es una técnica que puede coexistir perfectamente con materiales como el acero. La madera tiene su lugar, y lo está encontrando a pesar de la entrada en declive del sector, en los años 90, por envejecimiento de los carpinteros y la no existencia de renovación de los jóvenes.

–¿Cuál es el futuro de este tipo de actividad?

– En Agalcari hay en estos momentos carpinteros jóvenes que organizan todos los años jornadas técnicas. En la asociación están muy bien organizados y espero que logren mantener la actividad, conseguir una o dos docenas de carpinterías de ribeira que realicen embarcaciones para desarrollar actividades pesqueras o deportivas. La madera es ecológica, y esa también es una baza a favor con la que juegan.

–¿Por qué escogió el Museo Massó para la presentación?

– Me parece el lugar adecuado porque el museo tiene fondos relacionados con las carpinterías de ribeira, con las herramientas... Para mi es uno de los museos gallegos más interesantes. Es el lugar idóneo para hacer una presentación de este tipo.

– ¿Que opina sobre la situación del astillero de Purro, en Bueu, que acaba de ser incluido en el inventario de patrimonio cultural ?

–Esa era una reivindicación antigua por parte de todas las organizaciones interesadas. Hace bastantes años que se hablaba de conservar el astillero. Ahora se ha conseguido que se convierta en bien de interés patrimonial, no se puede realizar ninguna acción sin permiso de la Xunta. En ese punto es en el que se necesita dar un paso adelante, que el museo lo incorpore y que se rehabilite. El proceso está muy bien planteado. Es una reivindicación que por el momento va bien encaminada, y mucho más si se tiene en cuenta que el de Purro es el último astillero, la última carpintería de ribeira que existe, y éste ha sido un paso muy importante.

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