Moaña ha seguido la estela de otros municipio como Vigo y le ha declarado la guerra a las gaviotas. Y es que el Concello quiere erradicar lo que considera una plaga en el centro urbano, sobre todo por la suciedad que dejan sus excrementos y la mala imagen que dan en un paseo marítimo recién reformado. Los restos de pescado de la basura de la plaza de abastos son un imán para estas controvertidas aves.

Para solucionar el problema el concejal de Servizos, Víctor Pastoriza, explicó ayer que ha alcanzado un acuerdo con los comerciantes de la plaza para establecer un sistema de limpieza que trate de espantar a las gaviotas. El protocolo a seguir pasa por una limpieza escrupulosa tanto del exterior como del interior de la plaza y de coordinarse con el servicio de recogida de basura. Así, los contenedores permanecen en el interior de la plaza, y los restos sólo son depositados en ellos cerca de las 17.00 horas. En ese momento se sacan los contenedores a la calle, cuando los empleados de GSC recogen la basura. Después el personal de limpieza municipal lava, diariamente, los contenedores y se vuelven a guardar dentro de la plaza.

"Os propios vendedores teñen claro que o atractivo da praza reside en grande parte na súa limpeza, por iso se mostraron dispostos a colaborar", indica el edil. Asimismo, se situará un sistema de alambres en la estructura exterior de la plaza para evitar que se posen las gaviotas. Se trata de una solución similar a la adoptada por la Lonxa de Vigo.

Por otro lado, el espacio multiusos que se está habilitando en la parte alta de la plaza tiene prevista su apertura para finales de año. El suelo ya está totalmente retirado y se están reforzando las columnas. Las únicas paredes que se levantarán serán las de los baños, que se ubicarán en la esquina izquierda, en la fachada que da hacia la calle Concepción Arenal.