El precio de la vivienda se redujo en los últimos tiempos en la provincia de Pontevedra como consecuencia de la crisis inmobiliaria y por el descenso de compradores. De hecho, en el último año y según un estudio realizado por el portal inmobiliario Fotocasa.es el precio del metro cuadrado bajó en toda la provincia un 4,4%. Pero esta realidad dista mucho de la que está viviendo Moaña desde la apertura del Corredor do Morrazo, pues el precio del suelo urbanizable no dejó de aumentar en los últimos años. La atracción de ciudadanos de Vigo contribuyó de manera notable a este incremento. Desde las inmobiliarias locales vaticinan que esta espiral irá en aumento, como ya se aprecia ante la inminente aprobación del nuevo PXOM, cuyas exigencias para construir viviendas unifamiliares son más laxas en algunos casos, lo que lleva a los propietarios a encarecer el precio de los terrenos.

Esta realidad la confirma Moisés Campos, el responsable de la inmobiliaria Campos&Celay. Ahora mismo, para construir una casa se necesitan 250 metros cuadrados de terreno, pero cuando entre en vigor el nuevo PXOM esta exigencia bajará a los 200 metros cuadrados en el suelo urbano consolidado. “Esto permite que en una misma parcela urbanizable se puedan construir más chalets, y como los propietarios saben esto ya están aumentando los precios”, explica Campos.

Si hasta hace poco se venían pagando unos 90.000 euros por cada 250 metros cuadrados de terreno, ahora los expertos aseguran que ya se está pidiendo la misma cantidad por cada 200 metros. “Antes de la construcción del Corredor podías comprar un terreno de 1.000 metros cuadrados por poco más de 60.000 euros, y ahora se pagan hasta 360.000 euros por un solar similar”, apunta el responsable de la inmobiliaria.

Pero no sólo las normas del PXOM contribuirán a este aumento del precio del suelo, si no que desde el sector apuntan a que el poco terreno urbanizable con el que cuenta Moaña hace que la oferta se vaya haciendo cada vez más escasa. “Tenemos dos limitaciones claras, la línea de protección de Costas por abajo y el Corredor por arriba, por lo que el terreno disponible es cada vez menor”, razona.

Desde las inmobiliarias no tienen dudas del efecto llamada que está provocando Moaña en los vigueses. Y es que muchos de sus ciudadanos se decidieron a comprar una segunda residencia en el municipio o directamente a trasladar su residencia habitual, como se aprecia en el constante aumento de población de Moaña. De hecho, Moisés Campos está convencido de que el municipio cuenta con más de 20.000 residentes, “pero mucha gente de Vigo sigue empadronada allí por el colegio de los hijos, y sólo utilizan Moaña como ciudad dormitorio”. De hecho, asegura que más de la mitad de los inquilinos de la urbanización de O Rosal son de Vigo.

Servicios y tranquilidad

Desde el sector inmobiliario no aprecian una sola causa para la atracción de vigueses a Moaña, aunque la principal es, sin duda, la cercanía a Vigo a través del Corredor do Morrazo y el precio de la vivienda, todavía mucho más bajo que en el otro lado de la ría. La ordenación urbana con la que está creciendo Moaña, a diferencia de lo que ocurre en otros municipios, también influye a la hora de atraer nuevos residentes.

“Ademas, aquí existen muchos servicios de reciente creación y más tranquilidad, mientras que en Cangas la construcción parece más parada, sobre todo por lo atrasado que llevan su PXOM”, relatan los responsables de las inmobiliarias.